Según informó ayer la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, Locatelli, que se encontraba reclamado por Francia e Italia, está acusado de ser el intermediario entre grupos colombianos productores de cocaína y organizaciones de narcotraficantes europeas, además de servir de enlace con narcotraficantes de hachís del norte de África.
Agentes italianos y españoles averiguaron que un hijo del fugitivo iba a viajar desde Italia a España, donde tenía previsto permanecer por espacio de unas horas, por lo que se pidió autorización para realizar una vigilancia transfronteriza, que permitiese a dos miembros de la Guardia di Finanza napolitana trasladarse en el mismo vuelo.
Paralelamente, los agentes españoles establecieron un dispositivo para realizar un seguimiento de los posibles desplazamientos que realizara durante las horas que permaneciera en Madrid para, en caso de que contactara con su padre, poder detener a éste.
Debido al retraso de dos horas que sufrió la llegada del vuelo en el que viajaba el hijo, que tenía previsto llegar a las 11.00 horas y permanecer en Madrid sólo hasta las 18.00, hizo prever a la Policía que Locatelli se desplazaría al aeropuerto para verle.
Efectivamente, el reclamado acudió hasta el aeropuerto de Madrid Barajas, donde fue detectado por el dispositivo policial a las 13.00 horas cuando se dirigía a la zona de llegadas internacionales de la T-1, momento en el que los agentes procedieron a su detención.
Cuando fue arrestado, el presunto narcotraficante de la camorra llevaba documentación falsa, en concreto un pasaporte y un permiso de conducir de Eslovenia, así como cinco móviles.
Con esta última detención, se eleva a seis el número de presuntos mafiosos italianos arrestados en España en lo que va de año.
A lo largo de 2009, fueron detenidos, al menos, otros dieciséis destacados mafiosos.