Estos especímenes pertenecen a la flora autóctona y son el Acebuche del Marqués, el Quejigo de La Nava, el Chaparro del Vegerano, el Fresno del Puente de la Rosca, el Lentisco del Molino de la Teja, el Acebuche de El Pimpollar y el Palmito del Rancho Malpica.
La declaración de árbol singular se hace a todo individuo de porte arbóreo que destaque por su forma, rareza, edad o interés histórico o cultural.
El Acebuche del Marqués se encuentra en el paraje de Casas Nuevas. Tiene un tronco con un perímetro de 7 metros, sin contar una rama caída, cuyo extremo ha enraizado y formado otro acebuche. Sólo este último acodo puede tener un siglo.
Este ejemplar se encontraba en las tierras del marqués de Laso de la Vega, que lo salvó del carboneo, y es lo que le da nombre. Su altura sobrepasa los 15 metros y la proyección de la copa cubre más de 398 metros cuadrados.
El Quejigo de La Nava también fue librado del carboneo por el mismo marqués por porte y belleza. Este árbol destaca por el grosor de su fuste, con 3,60 metros de perímetro. Además, su especie es endémica de las sierras de Cádiz, vestigio de antiguos bosques de laurisilva.
El Quejigo de La Nava tiene casi 18 metros de altura, una proyección de su copa de más de 428 metros cuadrados y el tronco mide en la base 8,80 metros.
La peculiaridad del Chaparro del Vegerano reside en su esbelto porte y en su interés popular, pues bajo su copa se reunían los segadores que iban a trabajar a la finca. Este alcornoque está en el cerro del Vegerano.
Su fuste es recto, consta de un tronco principal del que han ido surgiendo todas las ramificaciones secundarias, sin distinguirse claramente las ramas maestras. Alcanza los 15 metros de altura.
El Fresno del Puente de la Rosca es un individuo con un tamaño espectacular. Tiene 20 metros de altura y un tronco de casi medio metro de diámetro, alcanzando en la base un perímetro de 6,50 metros. Su copa describe una forma piramidal y aunque el fuste se acerca a los 3 metros de altura, las ramas inferiores casi tocan el suelo.
El Lentisco del Molino de La Teja goza de una gran popularidad, además de un gran tamaño para su especie, que es típicamente arbustiva, pero que en este caso alcanza seis metros de altura y porte arbóreo.
También destaca por una cuestión cultural: hace 40 años se pesaba en una de sus ramas el poleo que luego se destilaba en una caldera situada a unos metros del lentisco y que hoy se encuentra bajo su copa.
Grandes dimensiones
El Acebuche de El Pimpollar es otro espécimen de grandes dimensiones. Destaca por el grosor del tronco y la altura. El fuste tiene tres metros de perímetro y la base del tronco, 7,50 metros. La copa se eleva hasta los 15 metros de altura.
Este acebuche es cuidado por el propietario de la finca y se mantiene en óptimas condiciones.
La proyección de su copa pasa de los 256 metros cuadrados.
Por último, hay que citar el caso del Palmito del Rancho Malpica del cual destaca por su tamaño inusual entre las arecáceas, o palmeras, de tipo arbustivo, que son las únicas nativas de Europa.
