La exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos ha sido recibida en Jaén como “el fin a una anomalía democrática” y un “momento histórico que llega demasiado tarde”. Así se expresaron el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de la provincia de Jaén, Miguel Ángel Valdivia; y el escritor, investigador e historiador jiennense Luis Miguel Sánchez Tostado, respectivamente.
“Era una anomalía democrática que un dictador que hizo sufrir a tantas personas, a su pueblo, estuviera enterrado en un mausoleo”, reconoce a VIVA  Miguel Ángel Valdivia, aplaudiendo la reinhumación de sus restos mortales en el Pardo, junto a su mujer, “donde tiene que estar”.
Según el listado de la web creada por el Ministerio de Justicia en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, en el Valle de los Caídos hay enterrados 28 jiennenses, todos de la capital, salvo una víctima de Arjona. Son Gonzalo Magaña Rodríguez, Manuel Martínez Piña, Pascual Ruiz Avilés, Manuel Muñoz Montesinos, Juan Bueno Ocaña, Julián Andoy Arias, Leonardo Ayuso Vélez, Escolástico Ruiz Pérez, Anselmo Suárez Medina, Juan Antonio Arias Sánchez, Ramón Rodríguez Ayuso, José María Peralta, Félix Cañabatel Orbe, Francisco Medina Fomiya, Alejandro Revilla Llavero, Celestino Cuadras Huertas, Teófilo Cuadros Chinchilla, Juan López Gutiérrez, José Cabrera Cerillo, Ignacio Cabrera Cerillo, Francisco Gilabert García, José Gilabert García, Rafael Benítez Andújar, Andrés López Martínez, Blas Martínez Muñoz, Ignacio Cortés Oropesa, Andrés Martínez Ortega y Francisco González Rueda (Arjona). La familia de Valdivia (su padre, abuelo y varios tíos) fue represaliada por el franquismo. Él mismo fue represaliado por el tardofranquismo, en 1977 en Granada. “Queda mucho por hacer por las víctimas y aún se tiene que cerrar un duelo que no acabará hasta que se proceda a exhumar a las víctimas democráticas”, valora.
Al echar la vista atrás y recordar la represión en Jaén, Valdivia apunta que la década de los años cuarenta fue “durísima” y aunque hubo intento de reconstruir los partidos que habían funcionado en la II República, tales como el Partido Comunista, sus comités provinciales caían. El PSOE también lo intentó.
Sánchez Tostado reconoce que el de ayer fue “un día histórico que ha llegado demasiado tarde, pues España ha estado haciendo el ridículo durante 44 años, manteniendo enterrado en un mausoleo a un criminal de guerra”. En esta línea, reconoce que el Valle de los Caídos “nunca será un monumento a la concordia porque es un símbolo de la represión, construido con mano de obra esclava” y que la exhumación es “un primer paso, pero la deuda de este país es enorme con las víctimas de la dictadura”.
En Jaén, según Valdivia, alrededor de 3.500 personas yacen en cunetas y fosas sin nombre, tanto soldados republicanos, identificados por sus fichas, como represaliados del régimen franquista.
Las cifras coinciden con la investigación de Sánchez Tostado, que durante cinco años trabajó en la documentación, con nombre y apellidos, de alrededor de 3.500 víctimas de muerte violenta por la dictadura franquista. “Hay muchos más desaparecidos. Encarcelados hubo decenas de miles de personas. La prisión de Jaén, construida para 150 personas, se convirtió en una cárcel de presos políticos por las que pasaron miles de personas. En el año 1941 hubo 4.000 presos en la cárcel de Jaén”, recuerda.
La actualización del Mapa de Fosas Comunes de Andalucía recoge la existencia de 702 enclaves de la represión en la Guerra Civil y la dictadura franquista, 27 en la provincia jiennense, con 2.039 víctimas.
La fosa común más grande de Jaén es la número 702 del cementerio de San Eufrasio, con 1.081 republicanos fusilados en la postguerra y otras víctimas del franquismo, la mayor de las seis que se abrieron para enterrar a los fusilados. Precisamente este jueves, los socialistas jiennenses han depositado rosas rojas en el monumento a los caídos por la libertad del camposanto de la capital, para celebrar la exhumación de los restos y su salida del mausoleo.
“Franco permitía la exhumación de los asesinados por los ‘rojos’ y se libraba de impuestos a las familias que exhumaran a las víctimas de la ‘barbarie roja’. Pero mandó sepultar fosas republicanas, construyendo carreteras. En Alcalá la Real, quienes huían del pueblo con la llegada de Franco, eran ametrallados y lanzados a las cunetas. Allí siguen”, lamenta el historiador. Reconoce que es “una herida que jamás se va a cerrar mientras que haya nietos y biznietos que recuerden a familiares que siguen en cunetas y fosas comunes”, señalando así la necesidad de exhumar a las víctimas.
