La operación policial, llamada Perseo, se desarrolló en localidades de las regiones de Sicilia y Toscana (centro de Italia), como fruto de una investigación iniciada hace nueve meses y en la que se destaparon las supuestas conexiones de la Cosa Nostra con el narcotráfico.
Según los testimonios de mafiosos arrepentidos recogidos por la Justicia italiana, en Sicilia se esperaba la llegada próximamente de un cargamento con 100 kilos de cocaína proveniente de Suramérica, en su mayor parte de Brasil y Paraguay, para la posterior distribución por todo el país.
Y es que, además del delito de asociación de tipo mafioso, a los detenidos se les acusa de tráfico internacional de estupefacientes y de tráfico de armas, que supuestamente se vendían ilegalmente a terceros en un centro agrícola en las afueras de la capital siciliana, Palermo.
Con las detenciones del lunes, entre las que se encuentran jefes y colaboradores de las familias mafiosas, la Policía italiana vuelve a asestar un duro golpe a la Cosa Nostra, a la que creía sin estructura desde la detención en 2006 del jefe, Bernardo Provenzano, y de su sucesor, Salvatore lo Piccolo, en 2007.
“El fallido intento de reestructurar las antiguas estructuras delictivas demuestra que la organización mafiosa es débil ante un único gran equipo, el Estado, formado por fuerzas del orden, jueces y ciudadanos honestos”, afirma el ministro de Justicia de Italia, Angelino Alfano, en una nota de prensa tras los arrestos.
La operación, añade, “es la prueba de cómo la mafia no se conforma con la derrota, pero es también la prueba de cómo la tenaz combatividad del Estado y el sacrificio, con el compromiso de sus hombres, es más fuerte que todo intento malicioso de la mafia y los mafiosos de volver a entrar en el juego”.
La posibilidad de que la Cosa Nostra estuviera reorganizando su cúpula fue ya apuntada por la prensa italiana el pasado julio, toda vez que la Policía seguía desde hace meses la pista de los movimientos de la red de mafiosos sicilianos, a la que consiguieron interceptar varias conversaciones telefónicas.
Según los primeros datos que se han podido saber de las más de 1.500 páginas del sumario, la conversación que motivó la agilización de este operativo fue interceptada el pasado 14 de noviembre en un garaje de la localidad siciliana de Bagheria.
En ella, Giuseppe Scaduto, hijo de un antiguo jefe de la Cosa Nostra, hablaba de reorganizar la cúpula de la organización mafiosa, algo que, según la Policía, ha sido promovido por el capo Matteo Messina Denaro, huido de la justicia.
La operación policial ha contado con la decisiva ayuda de tres mafiosos arrepentidos, Giacomo Greco, Maurizio Spataro y Angelo Casano, el último en pasarse “al lado bueno” y que el pasado 29 de septiembre comenzó a colaborar con la Justicia italiana.