El objetivo es rellenar espacios en blanco de nuestra historia, como dijo el alcalde de Cádiz, José María González, a la hora de agradecer la ardua labor de técnicos municipales y de Cemabasa por poder cerrar el duelo, las heridas de la familia Aretxabala. En la mañana del jueves se le entregaban los restos de este represaliado exhumado en el Cementerio de San José para ser enterrados en Algorta.
Dionisio Aretxabala trabajaba en un carguero “y no sabemos por qué fue apresado y murió en extrañas circunstancias, se autoahorcó”, explicaba su nieto Antón Azkargorta Aretxabala. “Se cierra un paréntesis de 40 años que se cumplirían en el mes de abril”. De esta manera, la madre de Antón, de 91 años, se quedará tranquila. Sí que les quedan las dudas de qué sucedió, de qué cargos justificaban la detención o las condiciones de su muerte. Aseguró sentirse muy identificado en ‘El silencio de los otros’ de Almodóvar, “un silencio destinado a construir una sociedad democrática con la que habría que hacer justicia”.
Las labores de recuperación de los restos han sido duras y complicadas. Cuando estaban más cerca de poder confirmar que su abuelo estaba enterrado en San José, “nos encontramos con que la sepultura estaba cubierta con una placa de hormigón”. La intervención estuvo rodeada de dificultades donde cuestiones documentales como era el registro chocaban con la propia realidad, por ejemplo. Estas idas y venidas a que el final del túnel estaba cada vez más cerca, suponían altibajos emocionales a la familia Aretxabala, explicaba el nieto del represaliado vasco.
Pocos datos hay de Dionisio salvo que tenía 43 años, que trabajaba en un barco de cabotaje “y que entró en Cádiz en una mala época” porque no se le reconoce ni afiliación política ni sindical. “Me imagino que su delito era no ser franquista”, afirmaba el nieto. Tan sólo queda constancia de unas cartas que le mandaba a su esposa desde la Prevención Municipal de Cádiz donde le contaba que estaba tranquilo, lo que hacía cada día y le preguntaba por sus tres hijas. A la mujer de Dionisio se le comunicó tanto que estaba detenido como su muerte, el 19 de abril de 1939.
Plataforma
Durante el acto, José Luis Gutiérrez de la plataforma por la Memoria Histórica, insistía en que es una cuestión básica que una familia pueda decidir dónde enterrar los restos de sus antepasados. Actos como el celebrado en el Ayuntamiento son “pasos que se avanzan pero que nunca se van a retroceder en memoria histórica”. Gutiérrez aprovechó para demandar el compromiso municipal de continuar con la intervención en el Cementerio.
No es una cuestión de revancha
Tanto el alcalde como el edil de Memoria Histórica, Martín Vila, manifestaron que con la primera fase de las exhumaciones de los restos en San José “contribuimos a avanzar en la historia, con unos hechos que estamos condenados a repetirlos”. Agradecieron la colaboración de la Junta de Andalucía por el esfuerzo y el trabajo, mientras que destacaron que la capital gaditana está a “la vanguardia de la provincia en la entrega de restos, demostrando que son tareas necesarias y posibles”.
En la toma de muestras para cotejar el ADN con los restos hallados han participado 18 familias, aunque se invitaba al resto de personas que estuvieran en esa situación que abandonen el miedo porque “una sociedad democrática no puede tener 100.000 desaparecidos, y ser el segundo país del mundo, tras Camboya, en número de desaparecidos”. La Memoria Democrática “no es una revancha son tareas necesarias y posibles”.