Éste es uno de los datos más significativos de la primera evaluación que se ha realizado a nivel europeo sobre los efectos de las políticas de lucha contra el tabaquismo que se han puesto en marcha en muchos países, entre ellos España, y que se presentó ayer en Barcelona en el marco de la celebración del congreso de la ESC.
El coordinador del grupo de Investigación en Epidemiología y Genética Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación de Barcelona, Roberto Elosua, destacó ayer, en declaraciones a los periodistas, que la reducción de los infartos se da tanto en fumadores como en no fumadores y en hombres y mujeres en aquellos países que han prohibido el consumo de tabaco en lugares públicos.
Elosua señaló que no existen datos concretos sobre la reducción de los infartos de miocardio en España, aunque sí se sabe que la entrada en vigor de la ley que restringe el consumo de tabaco en lugares públicos tuvo como consecuencia que 750.000 personas dejaran este hábito.
Pese a este dato positivo, este cardiólogo subrayó que España se encuentra “a medio camino” en cuanto a los beneficios para la salud que han conseguido otros países dado que la ley antitabaco española es menos restrictiva que la mayoría de las europeas.
En Barcelona, un estudio que comparaba los ingresos hospitalarios por infarto de miocardio de 2007 en relación con los de 2006 reveló también un descenso de éstos de un 10% y se han prevenido unos 275 infartos.
“El estudio europeo pone en evidencia que las medidas políticas y legislativas tienen un impacto directo sobre la salud cardiovascular de la población general”, enfatizó Elosua, para quien resulta obvio deducir que una política más restrictiva respecto al consumo de tabaco tendría efectos aún más beneficiosos en la salud general.
La reducción observada de los infartos es comparable, según la ESC, con el efecto de los tratamientos farmacológicos más potentes que se utilizan en medicina cardiovascular, lo que da a entender también el ahorro en el gasto farmacéutico y hospitalario que se podría obtener de las leyes antitabaco.
Roberto Elosua ha recordado que el 29% de las muertes por enfermedad coronaria son debidas al hábito de fumar y que el tabaquismo pasivo incrementa el riesgo cardiovascular en un 23% en los hombres y en un 19% en las mujeres.