El GTC, que ha costado 130 millones de euros, financiados por los gobiernos español y canario, por medio de la empresa pública Grantecan, es el telescopio óptico-infrarrojo más grande del mundo, compuesto por 36 elementos que forman una superficie similar a un espejo circular de 10,4 metros de diámetro.
En esta gran infraestructura científica han participado además instituciones mexicanas como la Universidad Autónoma de México y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica; la Universidad de Florida en EEUU, y la Unión Europea con los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder).