Hijo de la primera víctima de la gripe A en España, Rayán nació sietemesino a finales de junio y falleció este lunes en el Hospital Gregorio Marañón después de que una enfermera le administrara una fórmula láctea por vía intravenosa, en lugar de la nasogástrica que era la adecuada.
Tras la admisión del error por parte de la dirección del centro, el Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid informó ayer de que ha incoado diligencias previas tras la muerte de Rayán, a la espera de que el Instituto Anatómico Forense remita el informe sobre las causas del fallecimiento cuando concluya la autopsia.
Los forenses hicieron la autopsia al pequeño durante la mañana de ayer y por la tarde su cuerpo fue trasladado a un tanatorio de la ciudad, antes de ser llevado después a una mezquita para ser velado por sus familiares.
Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), hasta finales de la mañana de ayer no constaba en el juzgado denuncia alguna por parte de la familia de Rayán.
Por su parte, la Fiscalía de Madrid ha abierto también diligencias previas por una supuesta negligencia médica mientras que el Defensor del Pueblo ha iniciado una investigación de oficio y se ha dirigido a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para solicitar información sobre el fallecimiento de Rayán.
El Juzgado de Instrucción número 53, que el lunes estaba de guardia, se ha hecho cargo del caso después de que la Consejería de Sanidad trasladara al juez toda la documentación en su poder relativa a la muerte del bebé.
Cuando cuente con todos los permisos, el cadáver del pequeño será llevado a Marruecos en un avión militar dispuesto por el rey Mohamed VI.
La intención del padre del niño es enterrarlo en los próximos días en la localidad de Mdiq, al sur de Ceuta, junto a su madre, Dalila, que falleció el 30 de junio.
Otra investigación interna la lleva a cabo la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que ayer mantuvo retirada del servicio a la enfermera que administró la alimentación a Rayán, mientras que la otra que fue apartada el lunes se reincorporó a su puesto de trabajo.
La enfermera que sigue fuera del servicio culminó sus estudios universitarios hace dos años y había ejercido casi sin interrupción en varios servicios hospitalarios, aunque el domingo estaba de manera extraordinaria en el departamento de neonatología ante la ausencia de otra profesional de esa unidad.
La enfermera recibió ayer el respaldo de los sindicatos, entre los que CCOO ha apuntado ya el debate acerca de la calidad de los servicios en la sanidad madrileña.
En un comunicado, la Sección Sindical de CCOO del Hospital Gregorio Marañón ha relacionado el incidente con la “política continuada de desregulación, privatización y desmantelamiento de la Sanidad Pública” en la región.
“Es bien conocido que vivimos unos momentos muy preocupantes para la Sanidad Pública en esta Comunidad”, que ayer vivió también una huelga en el sector de la Atención Primaria, escasamente secundada.
Por su parte, UGT-Madrid ha puesto énfasis en “lo importante que es una buena programación de personal”.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dijo ayer que se van a tomar “todas las medidas que sean necesarias para que no se pueda volver a repetir un hecho o una concatenación de hechos tan lamentables, tan trágicos, tan terroríficos” como los que causaron la muerte de Rayán.
Así se lo dijo el lunes Aguirre a Mohamed, el padre de Rayán, al que quiso transmitir este compromiso personalmente.