Como no podía ser de otra forma, la polémica por su presunto plagio a una agrupación del Carnaval de Málaga sirve para dar frescura a la presentación de la chirigota de Molina y Melli. Apuestan por la emotividad en los pasodobles, el primero para los recuerdos de una infancia en la casa de la abuela. En el segundo el padre de un niño “diferente”, al que consideran “especial”, le pide que se enfrente con su bondad y una sonrisa a los que se meten con él por su condición. En el pique de cuplés destaca la cupletina de los chirigoteros, con un juanete, una borrachera en la playa y su suegra como temas. Repertorio con luces y sombras.
Lo mejor Su forma de tratar la polémica por el presunto plagio, con arte y sin excederse
Lo peor Primero un pasodoble contra el bullying y luego chistes de mudos, mancos...