El tiempo en: Ronda

Cádiz

Menos crispación y más política social y pisos con Bruno García un año después del 28M

El alcalde marca la agenda municipal, mientras que Adelante trata de remarcar su perfil de derechas y el PSOE aprovecha errores no forzados

Publicidad AiAndaluc�a Informaci�nPublicidad Ai Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
  • Bruno García muestra en su móvil los resultados del 28M. -
  • Se echa de menos mayor compromiso de la Junta en los grandes proyectos de ciudad

Bruno García se mostró impasible durante el recuento la noche del 28 de mayo de 2023. Ajeno a la euforia desatada en Cánovas del Castillo cuando, con el 98% del escrutinio, el PP alcanzó la mayoría absoluta, se limitó a expresar su compromiso a “darlo todo” como alcalde “porque la ciudad ha demostrado que quería un cambio”. Cuestión de carácter. El primer edil no es dado al aspaviento, habla bajito y rehúye de la retórica inflamada. En campaña, eludió las aceradas críticas de Juan Espadas, que le acusó de no querer ser candidato y haber nacido y vivir en Jerez. Y, ya como máxima autoridad municipal, ha mantenido un talante moderado que no piensa alterar, según aseguró en una reciente entrevista en Acento Andaluz, el programa que dirige y presenta Fernando Pérez-Monguió en 7TV, a propósito de las relaciones con la Junta de Andalucía. El Gobierno de Juanma Moreno solo ha materializado el compromiso de licitar las 67 viviendas públicas en régimen de alquiler social para las familias del Cerro del Moro que esperan una solución desde los años noventa. Pero no hay avances definitivos en los grandes proyectos pendientes, como la Ciudad de la Justicia, la rehabilitación de Valcárcel o la construcción del nuevo hospital, sin el suelo ni la financiación garantizados, y lo que hoy es motivo de controversia puede convertirse en una losa en el futuro. En cualquier caso, Bruno García insiste en que no se va a plantar ante San Telmo para amenazar que o la Administración autonómica cumple o rompe la baraja.

Tampoco se ha ensañado con el anterior equipo de Gobierno. O, al menos, no lo ha hecho hasta que los problemas heredados le han estallado en la cara. Valgan dos ejemplos. Recién nombrado alcalde, se comprometió a acelerar la ejecución de los fondos Edusi, pero no imputó a José María González, Kichi, una deficiente gestión en este sentido. Cuando se vio obligado a renunciar a inversiones millonarias porque era imposible llevarlas a cabo en los plazos estipulados, sí lamentó la falta de diligencia del anterior primer edil. Tarde. Exactamente lo mismo ha ocurrido con las incidencias con el personal municipal. Hace una semana y media, tras el cierre de la piscina de competición del pabellón Ciudad de Cádiz y la Biblioteca Municipal de la Viña, explicó que se encontró con 60 vacantes no cubiertas, pero remarcó que no iba a pedir responsabilidades a Adelante. Solo siete días después, ante la inquietud generada en la opinión pública, cargó contra su antecesor.

Como nota positiva, Bruno García ha sido capaz de rebajar la crispación que marcó los dos últimos mandatos. Y, además, ha arrebatado a la izquierda la bandera la política social, y ha garantizado la financiación para 103 viviendas públicas, uno de los asuntos de mayor calado que señala, junto al empleo, que está alcanzando cifras históricas, para frenar la despoblación.

Adelante Izquierda Gaditana ha cuestionado las recetas del nuevo equipo de Gobierno en ambas materias, arropado por colectivos que han intensificado su presencia en medios, pero los mensajes no calan. David de la Cruz, sucesor de Kichi, ha tardado en digerir el batacazo en las urnas, al pasar de 13 a 6 concejales, y ha emprendido una cruzada contra el modelo turístico que Bruno García ha repelido aplicando la ordenanza que limita las VFT con exceso de celo y mostrándose partidario de la tasa turística, y la despeatonalización de calles como Veedor, aunque el propio movimiento asociativo contrario se ha desinflado porque el tráfico en Cádiz es un horror de siempre. En el balance realizado esta semana, el líder de la coalición de izquierdas trató, asimismo, de remarcar el perfil de derechas del alcalde, llamándole Lobo de Wall Street por destinar el remanente a la amortización de deuda. Cádiz, sin embargo, nunca se ha interesado demasiado por la ideología de sus responsables públicos.

Por su parte, Óscar Torres analizará el primer año de mandato en los próximos días. El portavoz municipal socialista ha evitado pronunciarse hasta el momento. Torres logró coser el partido y mejorar los resultados del PSOE, acarició la Alcaldía durante buena parte del escrutinio y no tardó en encajar la derrota. Su manera de conducirse en el Pleno es atípica dado que sigue aplicando el principio de política útil que ya puso en práctica en el anterior mandato. Pese a su intensa actividad, muy pegada al terreno, con los vecinos, le cuesta marcar agenda, aunque ha capitalizado los errores no forzados del PP con el nuevo hospital y el plan funcional fantasma y de Bruno García, con el cambio de nombres de calles, recordando que es preciso redactar una ordenanza para evitar polémicas. Aporta, pues, sentido común, pero eso, en términos electorales, no es suficiente...

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN