Cuando los padres de la Constitución alumbraron la Carta Magna en 1978, ni siquiera habían nacido los padres de algunos de los protagonistas del acto del 45 aniversario de la Norma Fundamental organizado este 6 de diciembre en Cádiz por el Ayuntamiento.
Lo advirtió Diego, uno de los jóvenes que tomó la palabra antes de que el alcalde, Bruno García, depositara la corona de flores en el monumento realizado por José Luis Quintero frente a las Puertas de Tierra en honor del texto que consagró derechos y libertades para todos los españoles.
“Los jóvenes tenemos que ser conscientes que cuando nuestros abuelos eran niños, la mayoría de los derechos que hoy recoge la Constitución no existían”, abundó, al respecto, Carolina, otra menor que se puso ante el micrófono. “No se podía votar para elegir libremente a los gobernantes, no había libertad para expresar un publicar ideas políticas o religiosas particulares, no existía igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para trabajar o entre ricos y pobres para estudiar y muchos otros derechos que ahora sí tenemos y disfrutamos”, agregó.
Dado que “los derechos fundamentales resultan irrenunciables y constituyen la parte más importante” de la Carta Magna “por lo que significan para que los ciudadanos alcancen una vida más justa y feliz”, prosiguió, “hemos querido sumarnos a este acto de homenaje, conscientes de que la juventud está llamada a ser el motor de cambio de la sociedad”, Diego.
A continuación, otros jóvenes subieron al escenario para leer derechos y deberes contemplados en la Constitución, como el derecho a la vida, la igualdad o defender a España, al honor, a la propia imagen o la intimidad, a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, a la educación, al trabajo y un sueldo justo y suficiente o al sufragio universal, libre, igual, directo y secreto.
“Gracias por escucharnos, en muchas de vuestras manos está que los jóvenes de hoy podamos disfrutar de un futuro que nos garantice la paz y la estabilidad en nuestro país”, concluyó Carolina.
