El miércoles se abría oficialmente el plazo para la recogida de solicitudes para el segundo Plan de Inserción Laboral de Arcos, lo cual originó en algunos momentos una asistencia poco habitual de ciudadanos en dependencias como el edificio Emprendedores, servicios técnicos y financieros y en las delegaciones de Jédula y el Barrio Bajo; es decir, los lugares que se han puesto a disposición de los desempleados para entregar las solicitudes que ahora deberán cumplimentar junto con la aportación de un certificado de convivencia y otro del SAE que demuestre el tiempo de desempleo de los aspirantes a uno de los 800 contratos previstos por el equipo de Gobierno a lo largo de los próximos meses.
Desde el ejecutivo se ha hecho esta semana especial hincapié en que, a diferencia de la anterioredición del plan, esta vez no se llevará a cabo mediante un sorteo público sino, lo que es más lógico y justo, mediante una puntuación que determine qué personas necesitan más urgentemente un empleo. En este sentido, los parados de larga duración y aquellos que sufran carga familiar tendrán prioridad, aunque un diez por ciento de los contratos se ha reservado para personas con discapacidad que no cobren prestación social alguna, para lo cual incluso el Gobierno se dirigirá a la Seguridad Social a fin de recabar la mayor información posible sobre las situaciones que se planteen en esta dirección, según aclaró el segundo teniente de Alcalde y delegado económico, Sebastián Ruiz.
A partir de ahora, los aspirantes a un contrato del PILA tendrán que dirigir su solicitud y la mencionada información a los mismos lugares; es decir, edificio Emprendedores, Delegación de Hacienda y Personal, o a las delegaciones de Jédula y María Auxiliadora, con lo que se ha intentado hacer más cómodos los trámites sin necesidad de grandes desplazamientos.
Ruiz Reyes dejaba constancia de su especial interés por que los jóvenes también accedan a estos puestos de trabajo, al ser un sector muy susceptible ante el paro, acaparando en este sentido las peores cifras.
El plazo para entregar las solicitudes terminará el próximo 31 de mayo, para que el día 17 de junio puedan entrar en vigor los contratos y, por tanto, se puedan iniciar actuaciones en el centro urbano y barriadas para mejorar la imagen de la ciudad y embellecerla, si cabe, aún más, además de mantenerla más limpia y ordenada. El segundo PILA, a diferencia de su antecesor, no contará con obras específicas, sino con tareas que se irían programando sobre la marcha.
En nombre del Gobierno municipal, Ruiz hizo hincapié en cómo el ejecutivo utiliza el dinero público de los impuestos, para que revierta en los ciudadanos y en la mejora de sus servicios e infraestructuras. Por ello, volvió a apuntar que “éste es el Gobierno del empleo”.
