El Colegio de Médicos de Cádiz (COMCADIZ) ha presentado una solicitud formal ante la Comisión del Nomenclator del Ayuntamiento de Cádiz para que uno de los espacios públicos de la ciudad lleve el nombre del Dr. Fernando Venero, recientemente fallecido a los 97 años. El Colegio de Médicos ha razonado su propuesta, adoptada en Pleno de la Junta Directiva, por el carácter de “importante figura gaditana del Dr. Venero, insigne médico, muy querido en Cádiz y seguramente el médico más conocido de la provincia”.
Amor por la Medicina y cariño a los enfermos
El Dr. Fernando Venero Montero-Ríonació en 1923 en Santiago de Compostela y vivió los primeros años de su vida en Moguer (Huelva) para trasladarse pronto a Cádiz, ciudad que le marcó el resto de su vida y donde vivió toda su carrera profesional, en la que destacó por su calidad humanística, su amor por la medicina y su cariño a los enfermos.
Estudiante modélico, Premio Extraordinario y Premio Nacional de Medicina, Colegiado de Honor del Colegio de Médicos de la provincia de Cádiz, fue ya con 25 años nombrado Profesor de la Universidad, cargo que ejerció durante 40 años, dejando durante ese largo periodo fama de gran maestro y entrañable profesor, pasando luego a ser Profesor Emérito de la UCA. Su ejemplo y sus enseñanzas han contribuido de manera decisiva en la vida profesional de numerosos médicos, a los que ayudó a formar y que le recuerdan con gran cariño y respeto.
Un médico afable y un gran enamorado de Cádiz
Durante toda su vida profesional el Dr. Fernando Venero ejerció también como Médico de Zona de la Seguridad Social, siendo muy querido por sus pacientes y demostrando ser un insigne médico y una gran persona.
Ejerció además como médico de empresa en CASA, ocupando la plaza de Jefe de los Servicios Médicos. Consultor de Medicina Interna del Instituto Social de la Marina y Ejercicio Libre de Medicina Interna, asistió a infinidad de gaditanos, que guardan de él un recuerdo de medico afable y de su buen hacer, situando al enfermo “como centro de una relación que ha de ser de cariño y hasta de veneración hacia el que sufre”, según sus propias palabras. En numerosas ocasiones puso de manifiesto su enorme bagaje científico y profesional.
Gran conversador y amigo de tertulias, el Dr. Venero fue siempre un empedernido caminante y un gran enamorado de Cádiz.
