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Cierre de los centros: entre las dudas, el miedo y la falta de conciliación laboral

Aunque varios sectores piden la supresión de las clases presenciales, lo cierto es que no todos los progenitores defienden la idea

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  • Para algunos padres y madres resulta imposible conciliar la vida laboral y familiar mientras que otros temen por la situación

Javier tiene 10 años y es alumno de 5º de primaria en el CEIP Carlos III. El lunes, cuando llegó a casa después del colegio le contó a su madre que ese día habían faltado diez compañeros a clase. A pesar de que la consejería de Educación de la Junta haya advertido a las familias que no lleven al alumnado al colegio por temor al COVID-19 de que aplicará el protocolo de absentismo, lo cierto es que son muchas las familias que han optado por esta medida preventiva por miedo. De hecho, en el primer trimestre se ha duplicado la falta injustificada a clase, en particular en primaria, con casi 11.500 casos.

Hay familias donde la mamá y el papá trabajan ambos. En primera línea o en servicios esenciales, que no tienen facilidades para cambiar turnos y sobre todo no quieren que la solución sea dejar a los niños con los abuelos”

“No sé si mi hijo está seguro yendo al colegio por la desinformación y el descontrol”, nos cuenta María de los Ángeles, madre de Javier. Para ella “no llevar a mi hijo a clase no es una opción, porque sería perjudicial para él ya que se quedaría atrás en el temario. Mientras haya clases presenciales él asistirá”. No obstante, asegura estar a favor de cerrar los centros “pero creo que con quince días no sería suficiente, el periodo debería ser más largo”, aunque “entiendo que haya otros padres que por trabajo no puedan permitírselo”. 

Es el caso de Ana, madre de una niña de seis años y un niño de cuatro. Tanto ella como su pareja trabajan. Considera que “si quieren tomar medidas de este tipo tienen que pensar en todos los tipos de familias que hay. En España no hay conciliación laboral, o si la hay es escasa”, apunta. “Hay familias donde la mamá y el papá trabajan ambos. En primera línea o en servicios esenciales, que no tienen facilidades para cambiar turnos y sobre todo no quieren que la solución sea dejar a los niños con los abuelos”. 

En su caso asegura que lleva más de un mes “sin pisar la casa de mis padres y sin verlos”. Añade que prefiere “proteger a mis padres que a mis niños” porque sabe que los pequeños “siguen las normas mejor que los adultos”. Ana defiende que sus hijos “están en edad de desarrollar sus emociones y me niego a quitarles lo poco que tienen, que es ir al colegio. Es lo único que hacen, porque a las tres y media mis niños están recogidos, se duchan y se ponen el pijama”. 

Por lo tanto esta madre cree que “en vez de cerrar los colegios deberían de cerrar las puertas de las casas en cuanto uno cumple con sus obligaciones diarias”. Además resalta que su centro, Josefina Pascual, ha seguido bien los protocolos cuando se ha dado algún caso positivo. 

De otro lado, Lale nos cuenta que su hija de 12 años, alumna del Colegio Nuestra Señora del Carmen, ha estado confinada hasta esta hace unos días. “Fueron al colegio el lunes después de las vacaciones de Navidad y ese mismo jueves mandaron a cuatro clases para casa”. El grupo de madres y padres de esta clase “no quería que los niños fueran a clase, pero el Jefe de Estudios nos dice que lo ha intentado y que no depende del centro si no de Educación”. Asegura que desde el centro siempre les han mantenido informados de la situación. En cuanto a la idea de cerrar en las próximas semanas, esta madre considera que “si en 15 días se va a solucionar la situación pues que cierren, sobre todo por el bien de los niños y niñas. Pero que sean todos los que se vana casa, no unos sí y otros no”.

Mientras tanto, la Delegación municipal de Enseñanza ha convocado para este jueves de manera urgente el Consejo Municipal Escolar para abordarla petición de la Federación de la Asociación de Madres y Padres del alumnado (Flampa) de solicitar a la Junta de Andalucía el confinamiento de los centros educativos de la capital durante 15 días. Una decisión que atendería la petición de un grupo de padres y madres, pero que desatendería las necesidades de otros con responsabilidades laborales y dificultades para cuidar de sus hijos en el horario lectivo. 

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