—Haga un breve recorrido por su infancia.
—Nací en Algeciras el once de mayo de mil novecientos sesenta y cinco. Fui al colegio nacional Alfonso XI. Mis padres eran los dos funcionarios uno trabajaba en el INEM y mi madre en el hogar de pensionistas. Somos tres hermanos y tengo gratos recuerdos de mi infancia porque fui bien criado a través de una buena educación.
—¿Después del colegio dónde trabajó?
—Empecé a trabajar con Ignacio Villaverde con las máquinas tragaperras y llevaba el tema mecánico. Después estuve en un bingo en la Línea de don Fernando Ramos Argüelles y de ahí pasé a comercial donde llevo ya diecisiete años.
—¿Hizo el Servicio Militar?
—En Palma de Mallorca por mi quinta. Aprendí mucho y tengo una experiencia muy buena. Se aprende a valerte por ti mismo, a sobrevivir, a convivir y a respetar. Lo repetiría ahora mismo porque me encantó aunque respeto a la gente que no le guste.
—¿Cuántos años lleva de socio en el Casino?
—Como me gustaba el Casino rellené la ficha la entregué y llevo seis años de socio. Porque para poder entrar en una sociedad te tienes que hacer socio.
—¿Por qué se presenta a las elecciones de diciembre para presidir al Casino?
—Porque me estoy dando cuenta de que el Casino se está perdiendo porque hay cada vez menos socios. Ya estamos animando a mis muchas amistades para que se hagan socios. Pero algunos me dicen que entran aquí y ven esto mediocre con las instalaciones muy antiguas. El Casino necesita restaurarlo poco a poco y para eso es necesario cuanto más socios mejor, para que haya dinero para hacer cositas buenas que es mi intención.
—¿Es consciente que ya se paga mensualmente una cuota considerable?
—Se paga de cuota un dinero curioso para que el Casino tenga ya buenas instalaciones, para que el socio llegue y tenga un sofá cómo, limpio y que esté bien atendido dándoseles buenos servicios. Que tú vayas al cuarto de baño y que no huelas ni a pipí y ni a caca. Que todo esté limpio y saneado. Hace falta una reforma por ejemplo de los cuartos de baños o en la cafetería al estar muy anticuada.
—¿Tiene proyectada si consigue alcanzar la presidencia algunas reformas?
—Esto es un lugar emblemático y mi intención es facilitarle al socio que disfruten las horas que vengan aquí. Iniciaré una reforma a partir de los cuartos de baños al ser lo más urgente y de ahí para adelante reformando la cocina, la cafetería y las diferentes salas de billar, ajedrez, de televisiones, de mujeres… para ponerlas en condiciones para que las socias y los socios se sientan a gusto.
—De las cuotas de los socios es casi imposible que salga el dinero necesario para acometer esas reformas, ¿de dónde sacará el dinero?
—Al no utilizarse la última plata, queremos alquilarla para oficinas para sacar algo de dinero, para que nos sirva para pequeñas y grandes reformas. En principio con el arrendamiento del bar y con lo de arriba iríamos haciendo reformas.
—Otro grave problema son las filtraciones de aguas y atascos de las instalaciones.
—Estas son unas instalaciones con un montón de años y hay que repararlas. Después hay que mediar un buen seguro para que cuando surja un problema lo cubra. Si entrara de presidente pondría en nómina a una persona de mantenimiento diario que reparara todos los desperfectos de luz, pinturas y demás arreglos.
—¿Cuál es su lema en cuanto a las normas de comportamiento interno?
—Los empleados deben respetar al socio al máximo y deben ir debidamente vestidos. Debe haber un jefe de servicios semanal. Mi fin es volver a poner al Casino como lo fue antaño pero en democracia y libertad basado en el respeto, orden, limpieza e higiene. El jefe de servicios me dará todas las novedades diarias y yo pondré las cosas en orden para que todo funcione perfecto.
—Siendo tan joven es posible que ciertos socios tenga recelo a que usted presida el Casino.
—A los socios de mayor edad les diría que estén muy tranquilos, que ellos van a tener el sitio que siempre han tenido en su Salón Noble, el que voy a reformar con cortinas, sofás nuevos... A ellos son a los que fundamentalmente hay que respetar porque son la esencia del Casino. Pondré un buzón se sugerencias y tanto las de ellos como las del resto de los socios serán atendidas para lo bueno y para lo malo. Me adaptaré a lo que los socios pidan porque son los que mandan en el Casino.
—¿Actos culturales, sociales y artísticos?
—Actos culturales son los que más quiero hacer aquí. Una vez al mes quiero hacer un acto de tauromaquia. Quiero hacer buenas exposiciones de pinturas, concursos de cartas, dominó, baile, ajedrez… organizándose campeonatos donde la gente tenga un aliciente al poderse llevar un premio.
—¿Revista socio cultural?
—Queremos hacer una revista trimestral donde venga la programación de todo lo que se va a realizar. Y se va a mandar por correos a cada socio para que estén más informados de todo lo que se hace en el Casino. Haremos una sala de ordenadores y otra con aparatos gimnásticos...
—Para que se cumplan sus objetivos es fundamental una buena gestión y sobre todo trabajar por y para el Casino.
—Si no gestionas bien y si no trabajas por y para el Casino esto se va al garete. En mi junta directiva no quiero a gente que figure por figurar. Voy a echarle diario al Casino un montón de horas, por lo tanto las personas que figuren en la Junta directiva han de trabajar codo con codo conmigo de lo contrario se van y entran otros.
—¿Delegará las funciones en los miembros de su junta directiva?
—Cada cual llevará su labor a realizar, dándosele el visto bueno en las reuniones periódicas que mantengamos semanalmente. Ya he dicho que un miembro de la junta directiva siempre estará de semana y será el que me pase las sugerencias y problemas. Aquí hay que venir a trabar y a dar la cara ante todos los problemas que surjan, pero el barco lo tiene que llevar un capitán para gestionar y dirigir.
—¿Qué opina sobre la entrada libre al Casino?
—El acceso al Casino hay que controlarlo un poco, pero el que quiera entrar en el Casino se tiene que hacer socio como lo soy yo. Es diferente un señor que quiera tomarse un día un café, pero al tercer día se le invita a que se haga socio.
—¿Algo más para finalizar?
—Todo aquel socio que quiera pertenecer a mi junta directiva mantendré una reunión con él. Y si sus intenciones son las mismas que las mías pasará a formar parte de mi junta directiva. Pero aunque no sea de la junta directiva colaboradores podemos tener los que lo deseen. Para finalizar darte las gracias José y a El Faro por acordaros de mí.
