Los dos juegos infantiles instalados en el muelle siguen sin permiso municipal para su puesta en funcionamiento, después de que el pasado martes la Policía Local, de la mano de Urbanismo, los precintara tras percatarse de que no estaban autorizados. Todo ello tras la denuncia de una familia, cuyo hijo de cuatro años sufrió un accidente de carácter leve. Desde el Ayuntamiento se indica que “aunque presenten la documentación, la intención es no dar permiso”.
El mismo Consistorio explica que “contrato municipal para el Cádiz Street Food no hay, sino que se llevó a aprobación un acuerdo de Junta de Gobierno, autorizando la celebración de esta Feria Gastronómica, previa solicitud a la Autoridad Portuaria”. En la información que remitieron los emprendedores a la Delegación de Urbanismo “no hablaban de juegos infantiles”, que después se instalaron en el entorno de las furgonetas.
En cuanto a las autorizaciones para la puesta en marcha de esta iniciativa, el Ayuntamiento afirma que “existe un limbo administrativo porque no se le podía conceder permiso ni como venta ambulante, ni como bar sin música, y por ello, se optó por el acuerdo de Junta de Gobierno Local”.
Autoridad Portuaria
Por su parte, desde la Autoridad Portuaria se indica que en un primer momento se otorgó autorización administrativa (que es la que se dan cuando el evento tiene poca duración y las estructuras son desmontables) para el uso del suelo por parte de carpas. Posteriormente, desde el Ayuntamiento se remitió una petición de la iniciativa Cádiz Street Food, a la que se le concede autorización para que las caravanas con comida y jaima puedan ocupar la superficie.
En la autorización de la Autoridad Portuaria se incluye, entre otras cosas, la fecha, el espacio y que las actividades a desarrollar deberían contar con las licencias y permisos oportunos para desarrollar su actividad. “En concreto se autoriza la ocupación de una superficie de 1.500 metros cuadrados en el muelle ciudad, desde el 4 al 16 de febrero”.
Mientras tanto, uno de los portavoces de esta iniciativa privada calificaba como “surrealista” todo lo que estaba ocurriendo, porque “se trata de dos colchonetas como las que se montan en las comuniones”, y afirmaba que “este tema ha salido por cuestiones políticas, porque al niño no le ha pasado absolutamente nada”.
No obstante, confirman que ignoraban que “había que solicitar licencias adicionales, por lo que habremos pecado de ingenuidad”. De tal forma, que han considerado que ante lo acontecido “las demontamos y ya está”, indica el portavoz, quien añade que ambos juegos “cumplen con todos los aspectos legales requeridos como los seguros de responsabilidad civil”. No obstante, la familia presentaba el miércoles una denuncia “contra el Ayuntamiento y la Policía Local por dejación de funciones e ignorancia completa en la vigilancia, control y autorización de atracciones de este tipo”.
