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Cádiz

Una pareja ocupa un piso en la Avenida de la Bahía, 25

Se llaman Antonio y Susana, llevan años en desempleo y ella además tiene una minusvalía. Él es padre de dos niñas de una relación anterior, aquejadas de ciertos problemas de salud como consecuencia de esta situación, según indicó Antonio.

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  • Susana y Antonio en el piso. -

Se llaman Susana y Antonio, tienen 34 y 41 años, respectivamente y él es padre de dos niñas de 9 y 13 años de una relación anterior. Desde el 8 de julio viven de ocupas en una vivienda baja de la Avenida de la Bahía, 25, el bloque donde Susana reside con su madre desde 2008.

El piso que han ocupado es de la Junta de Andalucía y hasta hace menos de un mes vivía en él una mujer mayor que ha sido ingresada a modo de prueba en una residencia durante tres meses. Pasado este tiempo, allá por el mes de septiembre, la Junta decidirá si la señora vuelve a su casa o si por el contrario continúa en la residencia para mayores.

El piso presenta un aspecto lamentable, ya que la mujer apenas podía valerse por sí misma. Un sobrino venía a verla a diario y a traerle comida. Susana ha hecho lo posible por adecentar el piso pero no puede tirar nada, por lo que conserva montañas de trastos entre las dos habitaciones que tiene el piso. El único espacio más desahogado es el salón, donde pasan la mayoría de las horas del día.


Antonio y Susana confiesan que “no les gusta esta situación”, y dicen que son una pareja considerada y responsable pero “no nos ha quedado más remedio porque no encontramos trabajo y nadie nos hace caso”. Llevan 7 años en lista de espera en Procasa y la Junta de Andalucía tampoco les da una solución a su problema. Solicitaron una reunión con el alcalde de Cádiz, José María González, pero le derivaron directamente a Procasa para más de lo mismo.

Antonio ha trabajado de todo pero en los últimos años lo único que ha conseguido han sido chapuzas esporádicas para sobrevivir y no percibe ningún tipo de ingreso. Ella tiene una minusvalía por la que recibe menos de 250 euros al mes, y otros 300 euros de su padre por este mismo motivo.

Hasta hace un mes vivían en el mismo bloque en la casa de la madre de ella, puerta con puerta con el piso que han ocupado, “pero allí no cabemos y si Antonio quiere traerse a sus hijas los días que le corresponden tampoco puede, porque sólo tiene dos habitaciones y no cabemos”, explica Susana.

“Y así va pasando el tiempo y no puedo disfrutar de mis hijas. La situación es angustiosa e insoportable. Estoy viendo a mis hijas pasarlo mal y no puedo hacer nada por evitarlo”, añade Antonio emocionado y visiblemente angustiado.

A Susana le viene bien este piso bajo en este bloque porque así estaría cerca de su madre, enferma como consecuencia de un infarto cerebral, y porque ella misma tiene la pierna fracturada.

La Junta de Andalucía les ha comunicado que en septiembre tendrán que abandonar el piso y ellos están dispuestos a salir de allí siempre y cuando sea para que vuelva la inquilina. “Pero si es para dárselo a otra familia no, porque nosotros también lo necesitamos y ya estamos cansados de esperar y no ver que la cosa evolucione”.

La pareja asegura que el barrio está "lleno de casas ocupadas" por personas en situación de emergencia.

 

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