Desde 1964, sin ánimo de lucro, los objetivos de Afanas han sido el fomento de la asistencia, recuperación y enseñanza de los niños y adultos discapacitados intelectuales. El centro cuenta con unas instalaciones de 6.300metros cuadrados y acoge a cerca de 300 usuarios, repartidos en los distintos servicios. La calidad asistencial está garantizada gracias a los más de 120 trabajadores que desempeñan su labor en Afanas Cádiz, pero la situación de crisis hace tambalear los recursos actuales de esta entidad que está tan integrada en la ciudad gracias a sus 50 años de presencia en la misma.
—¿Cuál es la situación actual de Afanas?
—Pues no estamos muy mal, pero tampoco todo lo bien que quisiéramos estar. Existe un pequeño atraso en los pagos por parte de la Junta de Andalucía , que ha intentado ponerse al día pero la Administración también lo tiene complicado porque está recibiendo menos dinero también. A esto le tenemos que sumar que la entidad ya tenía problemas porque teníamos deudas heredadas de juntas directivas anteriores. Vamos, se han unido el hambre con las ganas de comer.
—¿Cuántas nóminas se les adeudan a los trabajadores?
—La Junta les debe cuatro meses, pero el centro ha pagado dos con recursos propios, es decir, que tienen pendientes de cobro otros dos meses.
—¿Cómo se prevé el inicio de curso?
—Pues confiamos en que Educación nos solucione los problemas que tenemos con el comedor. Hace unas semanas conseguimos pagar prácticamente la deuda contraída del año pasado, y tenemos la esperanza de que este curso sea diferente y la Consejería cumpla con los pagos regularmente para que los proveedores no se nos echen encima, con toda la razón del mundo además, porque la verdad es que es para hacerles un monumento a las puertas del centro. Nunca terminaremos de agradecerles la paciencia que tienen con nosotros.
—¿Cuándo comienza el curso en Afanas?
—Los profesores se incorporan mañana, y los niños vienen la semana que viene. Este curso le queremos dar más vida a la parte de centro ocupacional para que los niños puedan ir aprendiendo un oficio con la idea de que puedan encontrar un empleo, que no es nada fácil con los tiempos que corren. De lo contrario tendremos que poner en marcha un taller como centro especial de empleo para que puedan trabajar, tal y como se ha hecho en Chiclana.
—¿Cuáles son los proyectos en los que se va a empezar a trabajar?
—El Colegio está organizado y prácticamente vamos a seguir con los mismos programas de siempre. Nuestra idea es empezar a estudiar cómo vamos a celebrar el 50 aniversario de Afanas en Cádiz que cumplimos en octubre de 2014. Consideramos que es un motivo de celebración porque muy pocas organizaciones sociales consiguen mantenerse a pesar de las visicitudes y la cantidad de piedras que encontramos por el camino. Afanas es de las asociaciones sociales más veteranas de la provincia, no en vano en el registro somos el número 3.
—¿Con la crisis se ha dado un paso atrás en la ayuda e integración de las personas con discapacidad?
—Aquí antes atendíamos a más de 400 niños y por la crisis la cifra ha ido mermando. Algunos se han ido porque ya eran mayores, otros porque han fallecido, pero la gran mayoría de los que han causado baja es porque las familias están pasando por penurias económicas y han preferido llevárselos a sus casas para quedarse con la pensión íntegra del niño y así poder tirar para adelante. A esto hay que añadir que aunque tenemos lista de espera para entrar, las plazas que se están perdiendo por las causas antes señaladas no se están renovando, que es otra manera de recortar por parte de la Junta de Andalucía. Vamos, que sí se está produciendo un paso atrás.
—¿La bajada en el número de alumnos va a traer consecuencias sobre la plantilla o sobre los programas que realizais?
—Hemos intentado por todos los medios que no sea así y para ello hemos estado recortando de todos los conceptos que hemos podido. El problema es que la Junta nos paga por niños antendidos, y como ahora hay menos, tenemos más profesores de lo que paga la Administración. Afanas no puede hacer frente por sí sola al resto de los nóminas. Me cuesta trabajo decirlo, porque no es agradable para nadie, pero vamos a tener que tomar alguna medida restrictiva. En su día hablamos de hacer un ERTE pero ha pasado un año y no se ha hecho; hemos tenido reuniones con el personal y el comité, y lo cierto es que la situación es insostenible por la razón de que si me ingresan 100 no puedo gastar 125. Nos da mucha pena porque son personas que llevan muchos años con nosotros y con nuestros hijos, pero si no tenemos dinero para pagarles no podemos hacer otra cosa, no nos dejan otra alternativa. Los embargos están encima de la mesa de la Seguridad Social y de Hacienda y si yo no cumplo con los pagos nos quitan el centro y eso sería la último. Lo único que pude conseguir en su día fue fraccionar el débito que heredamos para que la cuota mensual a pagar fuera más pequeña. Para ello me tuve que reunir con el Delegado de Hacienda que me atendió estupendamente y fue sensible a nuestra petición. De lo contrario, no habríamos podido pagar y nos hubieran embargado el centro hace ya mucho tiempo.
—Todos los años organizais en el mes de julio un festival de Carnaval para recaudar fondos, ¿cómo resultó el de este año ya que parece que estas galas están de capa caída últimamente?
—A decir verdad la recaudación fue menor a la del año pasado. En cualquier caso es una cita que nos gusta programar y que no quisiéramos perder porque pasamos un buen rato, contamos con la participación altruista de las agrupaciones y poco o mucho algo siempre se recauda.
—¿Tenéis previsto firmar más convenios próximamente con las administraciones?
—Vamos a seguir con el convenio que tenemos con la Fundación Pascual que ya no hace falta ni firmarlo porque está más que consolidado, con Diputación y Ayuntamiento de Cádiz. Ya veremos si hay nuevas incorporaciones.
—Afanas Cádiz quería recuperar la figura del socio protector, que está registrada en los estatutos de la asociación y que se perdió, ¿se está trabajando en ello?
—Sí, poco a poco estamos recuperando esta figura. De momento son pocos, unos 200, pero ya seremos más, por algo se empieza. Fue una pena que durante unos años no se incentivase esta figura que tanta falta nos hace.
—Una persona como usted, ya jubilada, ¿cuál es su estímulo para seguir aquí, trabajando altruistamente con la cantidad de problemas y situaciones desagradables a las que se tiene que enfrentar día tras día, sin que nadie se lo agradezca?
—Mi primer motivo es que tengo a mi hijo aquí y tengo que seguir luchando por él y por el resto de personas que están como él o en una situación parecida. Este centro no se puede cerrar porque los alumnos lo necesitan para su desarrollo y para su integración en la sociedad. El cierre de Afanas supondría un paso atrás en todos los sentidos que no nos podemos permitir. Yo estoy aquí prácticamente desde los inicios, porque hacía falta arrimar el hombro. Mi hijo ha desarrollado en mí unos sentimientos y una sensibilidad hacia este tipo de problemas que me sería muy difícil desligarme de todo esto y retirarme a descansar. Cuando me comprometo con algo me involucro de lleno. Afanas no es ni la junta directiva ni el presidente, Afanas son sus alumnos, que son nuestros hijos, y por eso pido a los padres y madres que colaboren y participen, porque si ellos no ayudan a sus hijos, apaga y vamonos.
—¿Se avecinan unos meses difíciles?
—Pues la verdad es que no sé qué va ocurrir. Yo voy a seguir luchando por el centro y haré todo lo posible porque todo siga como hasta ahora o mejor. Seguramente tendremos que tomar decisiones difíciles. Ojalá todo se pueda solucionar sin necesidad de nada de eso, es lo que quisiéramos todos los que formamos esta gran familia que es Afanas Cádiz.