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Cádiz

Un cortejo de zombis convertirán en terrorífico a un barrio de Cádiz

La comitiva la componen un ataúd llevado a hombros, dos zombis con incensarios, un avisador y cien personas. La hostelería de El Pópulo se suma a la iniciativa con unas ‘tapas de miedo’ y una decoración ‘ad hoc’.

  • El cartel anunciador del evento.

La AVV Los tres Arcos de El Pópulo se propone convertir en terrorífica la noche de mañana. “No siendo Halloween”, la entidad organiza el evento The night of the walking dead -La noche de los muertos vivientes- cuyo lema, además de sarcástico, no puede ser más aterrador: “Es mejor que no vengas”.

Pedro Pérez, presidente de la asociación , comenta que la idea es “reírnos de la muerte, y para ello organizamos un cortejo fúnebre que recorrerá el barrio desde las 20.00 horas, compuesto por un paso cargado a hombros, el cual lleva un ataúd encima. Por delante y anunciando el cortejo se encuentra la figura de un tétrico avisador dando repiques de campana y junto a él, dos muertas vivientes con incensarios, que ambientarán con humo la representación. Tras el paso, cien personas compondrán el cortejo”.

La asociación, que ha recibido la colaboración del Grupo Arrabal de Puntales, de los Jóvenes Nazarenos de Santa María y de la Cofradía de la Soledad, prometen una noche de miedo dando vueltas por el barrio y visitando el patio de la casa de Juan Paje.

En torno a las 22.00 horas, el Patio Medieval  será el escenario donde un grupo de actores arropados por una ambientación lúgubre, harán sentir a los asistentes momentos de miedo intercalados con piezas más cómicas, todo ello aderezado con máquinas de humo y una megafonía que deparará “desagradables sorpresas”.

La ‘tétrica’ hostelería
Los hosteleros de El Pópulo se suman a la iniciativa con una decoración y una carta ad hoc. Así, telas de araña y calabazas comparten espacio con unas tapas de miedo. Como platos que harían las delicias de Freddy Krueger podrán encontrarse unas arañas de ensaladilla o unos dedos de muerto, los cuales están elaborados como un flamenquín con media aceituna en su punta y con el toque gore que le aporta un buen chorreón de ketchup en el otro extremo. Y para beber, nada mejor que un cerebrito, cóctel que con tequila y granadina simulan ser la sangre sobre la que se vierte la crema Baileys, la cual se corta en la copa, adoptando la forma de la materia gris.

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