Cadenas humanas desde los autobuses para recoger a gente atrapada en sus vehículos, rescates contrarreloj desde los puentes que cruzan el río Turia hacia las cabinas de los camiones y huidas con el agua a la altura del pecho han sido algunos de los sucesos ocurridos en la V-30, autovía que rodea València por el sur, en la madrugada de este martes.
Antonio, uno de los afectados, ha explicado a EFE que se encontraba en un autobús dirección a Benidorm (Alicante) cuando, sobre las 20 horas, se quedaron paralizados a la altura de la V-30, junto al nuevo cauce del río Turia, y que desde ese momento estuvo durante más de cuatro horas sin poder moverse del vehículo mientras veía cómo el agua empezaba a succionar coches.
Así, comenta que, entre cuatro personas, intentaron rescatar a una mujer que se encontraba dentro de un vehículo, pero al que no llegaban. No obstante, apenas minutos después la corriente del agua llevó al coche cerca de la puerta del autobús, momento en el que cuatro personas abrieron la puerta del bus y lograron abrir también la puerta del vehículo y coger en brazos a la mujer.
El coche, sostiene Antonio, fue succionado por la corriente en cuestión de dos minutos, como también ocurrió con otros vehículos, expone el viajero, que no pudo salir del bus hasta las 3 de la madrugada y que luce ahora ataviado con un chándal de la Federación de Padel de la Comunitat Valenciana, suministrado por las administraciones en los centros de acogida habilitados tras la dana.
Por su parte, Víctor, un camionero, recalca que salió más o menos a esa misma hora de su camión, mientras enseña vídeos de un rescate en el que un par de policías recogían con una escalera a un camionero que se aupó a lo alto de la cabina del tráiler antes de poder subir al puente, que estaba justo encima de su camión, y ser acogido por los agentes.
Este camionero, que subraya que no había visto nada parecido pese a haber conducido en Marruecos o en Finlandia a 40 grados bajo cero, relata que sobre las 3 de la madrugada los policías le gritaron que tenía que salir del vehículo por el riesgo a que el nuevo cauce del río Turia se desbordara.
En ese momento, insiste Víctor, salió junto a otros camioneros que estaban en el lugar y, con el agua a la altura del pecho, consiguió cogerse a uno de los guardarraíles para contrarrestar la corriente y llegar, de la mano de otro camionero, hasta un punto más alto, cercano a uno de los puentes que cruzan el nuevo cauce.
Desde ese momento fue trasladado al centro de La Petxina, en València, acondicionado para acoger a personas afectadas por la dana, donde ha pasado la noche junto a otras 150 personas, además de otras 250 que han pasado por l'Alqueria del Basket, el polideportivo de Benimaclet o el albergue de la calle Santa Cruz de Tenerife.