La gran brillantez, emotividad y, desde luego, participación multitudinaria de vecinos, residentes y turistas de la más variada procedencia marcaron la celebración, un año más, del “Día del Carmen” en el emblemático barrio torremolinense de La Carihuela, que vivió ayer una jornada intensa, en el marco de la celebración del día más emblemático y esperado de su Feria de exaltación de la Patrona Honoraria del municipio, la Virgen del Carmen.
Desde el mismo momento del acto inaugural de los tres días de fiesta en la barriada, presidido por el alcalde, Pedro Fernández Montes, que cortó la protocolaria cinta que suponía el inicio de la actividad lúdica en la Caseta Municipal y el encendido del alumbrado artístico, la masiva participación auguraba un extraordinario ambiente en los actos convocados, sobre todo para el día de ayer, el “Día Grande” de la Feria, Festividad de la Virgen del Carmen.
La Carihuela se entregó un año más en cuerpo y alma a su derroche de fervor y alegría que son características consustanciales con la celebración del “Día del Carmen”, una jornada en la que se sucedieron momentos de gran simbolismo, colorido y emotividad, y en la que la participación multitudinaria volvió a superar todas las previsiones.
La intensa jornada que ponía punto y final a la Feria del Carmen comenzó desde la madrugada, cuando se sucedieron en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen los turnos de guardia a la Imagen de la Virgen a cargo de los miembros de la Hermandad de Marineros, quienes por la mañana participaron en la solemne Santa Misa Marinera, oficiada por el párroco Alejandro Pérez Verdugo y cantada por el coro rociero La Carihuela, después de que, a las 9 de la mañana tuviera lugar también la tradicional tirada del copo a cargo de los pescadores veteranos de la emblemática barriada torremolinense.
Ya por la tarde, a partir de las 19,30 horas, tras la tradicional Ofrenda Floral de la víspera, empezaron a sucederse los momentos sin duda más representativos de esta multitudinaria celebración, con el inicio de la solemne procesión de la Virgen que, presidida por la Corporación, al frente de la cual participó el alcalde, Pedro Fernández Montes, junto a otras autoridades, recorrió las calles Carmen, San Ginés, Chiriva, Los Perros y el Paseo Marítimo, hasta que, al filo de las nueve de la noche, en el Rincón del Sol, se ofició la tradicional “Misa Marinera”, a cuyo fin decenas de miles de vecinos y visitantes se sumaron con entusiasmo a la singular expresión de fervor popular que es esta fiesta y que una de sus expresiones más emblemáticas en el inolvidable momento del embarque de la Imagen de Nuestra Señora la Virgen del Carmen, protagonista de una travesía llena de tipismo por las aguas del litoral torremolinense hasta ser nuevamente desembarcada, tras la "Oración Marinera" que como cada año le ofreció la orquesta "Rompeolas", ser procesionada de regreso a su templo, a cuyas puertas tuvo lugar el también simbólico momento del “encierro”, ya entrada la madrugada.
La oferta musical para el baile y la diversión, que ha marcado cada jornada de las fiestas en La Carihuela, se prolongó el “Día Grande” hasta altas horas, poniendo con ello colofón a unas jornadas festivas plenas de tipismo y encanto en las que cada año se mezclan con espontánea sabiduría el espíritu festivo y el fervor religioso, reuniendo en la playa de La Carihuela a decenas de miles de personas entregadas al disfrute de la emotividad y el mejor ambiente convivencia que marca siempre estas fechas.
