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Café y vino: compañeros inseparables de una buena comida

Pese a ser muy diferentes, estas dos bebidas tienen algunas cosas en común, que las convierten en imprescindibles para disfrutar de una experiencia gastronómica

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  • Vinos. -

Pese a ser muy diferentes, estas dos bebidas tienen algunas cosas en común, que las convierten en imprescindibles para disfrutar de una experiencia gastronómica.

Cada vez que nos sentamos a la mesa para disfrutar de unos ricos platos, como norma general hay dos bebidas que están siempre presentes, el café y el vino. No en vano son las bebidas más consumidas del mundo, con una cantidad de variedades y matices que es prácticamente ilimitada. Es muy curioso que, pese a tener un origen y unas características bien distintas, tengan tantos puntos en común que podríamos hablar de los dos en los mismos términos. Veamos algunos de ellos, así como consejos para disfrutar mejor de todo su sabor.

Dos productos de origen natural

A diferencia de otras bebidas, el proceso de elaboración del café y el vino es natural, sin que haga falta añadir compuestos químicos ni aditivos. El vino se pisa y deja fermentar en barriles, mientras que el café se tuesta para que, según cuál sea su procedencia, su sabor, cuerpo y aroma se potencie.

Y este es otro punto que comparten los dos productos, ya que dependiendo de cuál sea su origen, el tipo de terreno en el que se cultive y la altitud a la que se haga, tendrán unas propiedades u otras. Un vino Barbazul, por ejemplo, se elabora con distintas variedades de uva cultivadas en las tierras de Cádiz y se vendimia en una fecha concreta. Todo esto hace que, aún utilizando la misma variedad de uva pero cultivada a una altura, un terreno o un clima diferentes, otros vinos tengan un sabor y hasta una tonalidad de color totalmente distinta. El café es igual, ya que una variedad similar cultivada en en las montañas de Colombia ofrecerá un sabor diferente al que si se hace en Brasil, cerca del mar.

Procesos de cata similares

Al tener una variedad de matices tan amplia, se hacen catas de vino y café con el fin de determinar cuál es el tipo de platos con los que combinan mejor. La figura del experto tiene una gran relevancia, y hasta el gusto personal de cada persona indicará sus matices favoritos. Es bastante llamativo el hecho de que al parecer el tipo de café y de vino que elegimos tienen mucha relación con cómo se haya entrenado nuestro paladar.

Cómo disfrutar de una copa de vino o una taza de café

Si quieres extraer todo el sabor de un buen vino o de un café, hay una serie de consejos que te ayudarán a hacerlo lo mejor posible. Sobre todo tienen que ver con la temperatura de servicio y la forma de hacerlo.

Todos sabemos que los vinos tienen una temperatura concreta a la que se tienen que servir. Pues lo mismo ocurre con el café, ya que si lo tomamos frío o demasiado caliente, nos perderemos una parte importante de sus propiedades. De ahí que el hecho de que existan diferentes máquinas de café no sea por capricho, sino para que la extracción y temperatura de servicio sea la adecuada, dependiendo de si se ha molido más o menos, de cómo esté tostado y hasta de la procedencia de los granos. Incluso en algunos restaurantes de vanguardia tienen distintas máquinas, y en función de esto y de qué se quiera conseguir, el café se prepara con una o con otra.

La copa o taza en la que se sirve también son importantes. Un café con espuma de leche no puede ponerse en la misma taza que un espresso intenso, mientras que un cava no sabe igual en una copa alargada que en un vaso normal.

Son pequeños matices, como ocurre con estas dos bebidas. Pero el café y el vino son casi hermanos si tenemos en cuenta todos sus puntos en común.

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