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Sevilla

Las Dueñas se abre a los poetas en el 75 aniversario de la muerte de Machado

El Palacio de las Dueñas de Sevilla, en cuyo patio transcurrió la infancia de Antonio Machado, tal y como el poeta inmortalizó en sus versos aquellos recuerdos, abre hoy sus puertas a poetas que, con lecturas de su obra, conmemorarán el 75 aniversario de su muerte

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El Palacio de las Dueñas de Sevilla, en cuyo patio transcurrió la infancia de Antonio Machado, tal y como el poeta inmortalizó en sus versos aquellos recuerdos, abre hoy sus puertas a poetas que, con lecturas de su obra, conmemorarán el 75 aniversario de su muerte.

El 22 de febrero de 1939 el poeta sevillano falleció en Colliure (Francia) y desde hoy hasta el sábado se celebrarán en su ciudad natal actos conmemorativos, como una lectura continuada de su obra, de nueve horas de duración, en el Ateneo de Sevilla, en la que intervendrán escolares, asociaciones de mayores e invidentes que efectuarán su lectura en braille.

El Ateneo también ha trazado itinerarios machadianos por la ciudad, la Casa de los Poetas de Sevilla celebrará unas jornadas sobre su obra hoy y mañana y el Centro Andaluz de las Letras ha organizado una exposición y varias conferencias.

Poetas, críticos y profesores participantes en estos actos han destacado, en declaraciones a Efe, la vigencia de la obra de Machado y la amplitud de su magisterio.

El profesor de la Universidad de Sevilla Enrique Baltanás, biógrafo de Antonio Machado además de autor de "Los Machado. Una familia, dos siglos de cultura", ha dicho que "Antonio Machado se ha convertido en un clásico inmortal, en un clásico vivo del mismo modo que lo son Bécquer, Lope de Vega o el mismísimo Cervantes".

Baltanás, también poeta y narrador, lo considera además "un referente ético y estético, un hombre bueno en el mejor sentido de la palabra bueno, gran poeta y profundo pensador", por lo que ha pedido que "se le deje de utilizar por banderías políticas partidistas, porque Machado hoy debería ser considerado como un poeta nacional, como un valor por todos compartido".

El poeta cordobés Rafael Adolfo Téllez ha señalado que "lo que sorprende en Antonio Machado es que con unos recursos muy sobrios y con palabras premeditadamente pobres consiga el milagro de escribir los poemas posiblemente más hondos y verdaderos de toda la poesía española del siglo XX".

"Dicen que su influjo comenzó a decaer en los años setenta, pero no estoy seguro porque los poetas más valiosos de entonces están muy en deuda con él, como Félix Grande, Andrés Trapiello o Eloy Sánchez Rosillo", ha asegurado Téllez.

El escritor y crítico Rafael Reig ha asegurado que el poeta sevillano "ahora está más vigente que nunca" y que "la suya es lo más parecido a una poesía con ideas que se ha hecho en España; es una poesía muy moderna".

Reig ha vindicado "la concepción del tiempo" que subyace en la poesía de Machado, un poeta al que ha insistido en definir como "mucho más de ideas de lo que parece" y que, en su opinión, debe prevalecer sobre "otras imágenes que lo han ido tapando; la del hombre bueno, la del poeta de los paisajes castellanos..."

El profesor y poeta José Julio Cabanillas ha dicho que se trata de "un poeta actualísimo" que, a la vez, "pertenece a los clásicos, como San Juan de la Cruz, Garcilaso o Jorge Manrique, algo que a estas alturas del siglo XXI se ve con meridiana claridad".

Entre los valores de Antonio Machado, Cabanillas ha enumerado cómo asumió la tradición de la copla andaluza, su concepción del tiempo "como una medida no homogénea; cómo superpuso planos temporales, lo que ha influido mucho en toda la poesía posterior, como la Hierro, Brines o Fernando Ortiz, y su creación de heterónimos, una cuestión sobre la cual aún queda que investigar y reflexionar detenidamente".

El veterano poeta, ensayista y narrador Aquilino Duque ha admitido tener a Antonio Machado como "poeta de cabecera" tanto por su obra en verso como en prosa, porque es "inspirador, de él se aprende mucho y es de una vigencia extraordinaria".

Antonio Machado "no tiene ni una arruga" y "en cuanto a claridad y sencillez es una lección permanente", según Aquilino Duque, quien "para rebatir el relativismo en el que nos vemos inmersos", ha acudido a unos de sus versos de aire más popular: "Tu verdad, no, la verdad / y ven conmigo a buscarla, / la tuya, guárdatela".

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