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San Fernando

Miércoles Santo con la consciencia de que no hubieran podido salir aun sin pandemia

El fuerte viento que se espera que remita este jueves fue protagonista de una nueva jornada en las puertas de los templos y de la serenidad en el interior.

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 El fuerte viento de levante que azotó San Fernando este Miércoles Santo, sirvió de consuelo para esos cofrades que soñando con su salida procesional y sabiendo que no era posible por la pandemia, también eran conscientes de que aun sin ella, alguna tendría que haber suspendido su salida procesional, como ya tienen por experiencia.

La cofradía de la Barriada Bazán, Gran Poder, abrió sus puertas a las 12 de la mañana, tras leer una oración a puerta cerrada, su junta de gobierno. El señor del Gran Poder y la virgen del Amor, estaban expuestos a veneración en un altar extraordinario, donde numerosos devotos ofrecieron ramos de flores y velotes rojos encendidos. Ya por la tarde se llevó a cabo una meditación con los titulares de la hermandad, cerrando la iglesia sus puertas a las 20 horas, después de escucharse incluso saetas. 

La Iglesia Mayor parroquial se abría a las 10 de la mañana para la veneración de los titulares de la Orden Servitas, a las 12 se rezó el Angelus ante la Virgen de los Dolores, patrona de la Orden. Por la tarde a las 18,55 horas, se llevó a cabo un repique de campanas, coincidiendo con la hora de salida de la corporación, posteriormente se celebró una misa, seguida del rezo de la Corona Dolorosa, procediendo a la clausura de la veneración a las 20 horas, en que se cerró el Templo.

A las 9 de la mañana se abría la Capilla del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, los titulares estaban expuestos en su altar de diario escoltados por los candelabros de guardabrisas de su paso, y enmarcados de cortinaje verde. La hermandad llevó a cabo la misa a las 11,30 seguida del rezo del Angelus, y la entrega de diplomas a los hermanos que cumplían los 25 y 50 años de permanencia en la hermandad. También hubo un acto de confraternidad con la cuadrilla de la JCC, que debía portar el paso. Ante el altar se depositaron velotes blancos cuya recaudación será destinada a Cáritas. A las 20 horas se llevó a cabo el rezo de las 5 llagas con la reliquia del Lignum Crucis, cerrándose un Miércoles Santo de pandemia y de temporal de levante en alerta naranja.

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