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San Fernando

El templo de Hércules era comparable a Compostela como lugar de culto

María Elena Martínez Rodríguez de Lema dejó claro que los gadiranos de entonces ya gustaban de recrearse en la isla Antípolis, ahora San Fernando.

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La doctora en Filología Clásica, María Elena Martínez Rodríguez de Lema, tomó posesión este martes de su plaza como académica de Número en la Rama de Letras en la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de San Fernando. Martínez Rodríguez de Lema fue elegida por unanimidad de la junta de gobierno de la entidad y su discurso de ingreso llevó por título La Isla de San Fernando en las fuentes clásicas y su discurso fue contestado por Juan Torrejón Chaves, doctor en Historia.

La nueva académica centró su intervención en la obra de dos historiadores de la antigüedad, Estrabón y Pomponio Mela, quienes describen desde distintos lugares lo que era Gadira y por ende, lo que era y cómo era lo que ahora es San Fernando. La diferencia entre los dos autores es notable, por cuanto Estrabón ni siquiera pisó la tierra de la que hablaba, pero su aportación radica en que toma los conocimientos de otros autores más antiguos, como Polibio, Posidonio, Sileno y Artemidoro, lo que permite a los historiadores conocer la península anterior a los tiempos de Estrabón.

Eso es fundamental -y así lo manifestó Martínez Rodríguez de Lema- porque sin la aportación de Estrabón recuperando las obras de sus antecesores no se hubieran conocido esos aspectos más antiguos sobre Hispania.

Estrabón considera a Gades como la principal ciudad del sur de Hispania, más importante que Hispalis o Corduba y la dividía en dos ciudades gemelas. La entonces Antípolis, justo en frente de la capital, era la actual Isla de León, un territorio aún separado del continente al que los gadiranos ya gustaban visitar como lugar de recreo, algo que se prolongó a lo largo de los siglos.

Martínez se apoya en el autor Pomponio Melo para contrarrestar el relato prestado de Estrabón. Melo era original de Tingentera, que podría ser la actual Tarifa, por lo que la descripción que hace de la zona corresponde a la Hispania de su tiempo, al contrario que Estrabón que se basaba en autores anteriores.

De hecho, Melo no hablaba de oídas sobre el templo de Hércules, en el castillo de Sancti Petri, sino que lo visitó y dejó escrito que allí se encontraban los restos del héroe mitológico griego. Una afirmación que convirtió Sancti Petri en un lugar de peregrinación comparable a la actual Santiago de Compostela. De hecho, entre los visitantes más ilustres estuvieron el cartaginés Anibal y el romano Julio César, lo que en aquellos tiempos debía de ser como si un presidente de los Estados Unidos visitara Granada y viera atardecer desde la Alhambra. Por poner un ejemplo como cosecha propia del arriba firmante.

En cuanto al puente Zuazo, Martínez reconoció que no aparece su origen en los textos clásicos y su origen sigue siendo un enigma. El presidente de la Real Academia de San Romualdo, Jose Enrique de Benito Dorronzoro, le impuso la medalla como académica de número y le entregño el pergamino acreditativo en presencia de los académicos presentes y del númeroso público que acudió al acto a pesar de que las inclemencias del tiempo.

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