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Una sirena suiza con sangre isleña en sus venas

María Piffaretti Coello, nieta de Juan Coello Cruz director del Centro Obrero, es una de mejores nadadoras de sincronizada del país helvético y se inició en el mundo de la natación en la piscina de La Magdalena.

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  • María está triunfando. -

María Piffaretti Coello, nieta de isleño Juan Coello Cruz -director del histórico Centro Obrero-, es actualmente una de las mejores nadadoras suizas de natación sincronizada. A finales de este mes de julio participará con el equipo nacional suizo en los campeonatos mundiales, que se desarrollarán en la ciudad rusa de Kazan.

María aprendió a nadar en la piscina de La Magdalena, durante los cursos de verano, cuando venia de vacaciones a casa de sus abuelos. Todavía ahora, cuando el tiempo se lo permite y regresa a La Isla de León, nada, donde se puede decir, que tuvo su primer contacto con el mundo de la natación.

Hace algunas semanas María Piffaretti Coello, que solo tiene 17 años, participó con el equipo junior suizo en las primeras Olimpiadas Europeas en Bakú, en las categorías de dúo y grupo, consiguiendo una novena y octava plaza. En Rusia, apoyará al equipo senior y nadará en algunas de las disciplinas. Para un país pequeño como Suiza, sin centros de alto rendimiento para este deporte, esa posición es el resultado de mucho esfuerzo y trabajo. María compagina sus muchas horas de entrenamiento semanales con los estudios  en el instituto, y para otras actividades o entretenimientos, no queda mucho tiempo.

Horas y horas en agua

Eso es lo que hace la nadadora con sagre isleña en sus venas, además de casi tres horas de tren, tres veces a la semana, para ir desde Berna, que es donde vive, hasta Ginebra, que es donde recibe un entrenamiento más adecuado para su nivel. Junto a esto, sigue además un plan de natación los otros días de la semana en la piscina local, cerca de donde vive con su familia. María señala que "lo peor de la natación sincronizada son los primeros entrenamientos del año, a principios de septiembre; más de nueve horas seguidas en agua, con pesos en los pies". 


Lo que más le apasiona del deporte que practica es “la variedad”. Como base esta el estudio de una coreografía, acompañado de otras disciplinas como la natación, la musculación, el estudio de la técnica y el ballet. Además de acostumbrarse a tener la cabeza debajo del agua durante mucho tiempo para poder completar algunos de los ejercicios. “Esto te ayuda a conocer tus límites”, dice María. El hecho de que en la natación sincronizada, junto a la técnica, la interpretación artística cobra igual importancia, es para María un plus. Una buena interpretación tiene que despertar emociones, dice María, esto es lo que conquista a los jueces y al público.

El agua es el elemento donde María se siente como en casa. Solo hay algo que dificulta y quita parte de la diversión, y esto es "la frialdad del agua". A pesar de esto, trabaja y trabaja durante horas en ella, con el objetivo de mejorar. Todo lo lleva la nadadora con la sabiduría y la señoría de alguien que admira el deporte que practica. 

La familia

Sin el apoyo de sus padres en todos los sentidos, los éxitos que está obteniendo no serían posible. Al no existir centros de alto rendimiento para este deporte en Suiza, contrario a la situación que se da aquí en España, los gastos lo sobrellevan las familias, de acuerdo con sus ingresos. Lo más difícil de todas formas son los periodos de ausencia a tan corta edad, pues dificulta la vida familiar con sus hermanos y hermana. Y el no poder venir tanto como quisiera a La Isla, a disfrutar de la playa o de la Feria." Llevo la camiseta suiza –dice María-, pero si sobresalgo en lo artístico, es por la sangre gaditana que llevo de mi madre". Después del mundial, dice María, se pondrá a buscar un sponsor. Ese es su objetivo a corto plazo. A largo plazo su sueño es participar por Suiza, en las Olimpiadas del 2020 en Tokio.

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