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El bueno, el feo y el malo

Lo mismo lo dijo después porque en la reunión estaba entretenido mirando de reojo a todo lo que se movía.

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La reunión mantenida esta semana entre los diferentes agentes competentes en el proyecto del Tranvía ha debido ser lo más parecido a la escena final de la película El bueno, el feo y el malo, tres personajes observándose en un espacio circular y no fiándose ninguno de los demás.

Evidentemente, lo que se presume dados los antecedentes del caso -antecedentes de cinco años- es ese episodio de intrigas y miradas de reojo, muy lejano de la nota de prensa remitida de forma oficial y matizada a vuelta de correo por el delegado de Desarrollo de la Ciudad de San Fernando,  Angel Martínez, poniendo el dedo en la llaga de la Junta y posiblemente diciendo lo que pensaban los representantes de los otros municipios afectados por el polémico, costoso e incierto proyecto de transporte público.

Sea como fuere, la reunión ha servido para deshojar la margarita sobre quién se hará cargo de la gestión del transporte o lo que es lo mismo, quién asumirá las pérdidas inherentes al servicio público.

La Junta ha dejado claro que el proyecto del tranvía es un proyecto autonómico y que será la Administración autonómica la que correrá con los gastos del convite, aunque no deja claro qué es lo que ocurre en el trozo de proyecto que implica a los ferrocarriles andaluces y al  operador de ADIF.

Pero eso, al  fin y al cabo, es algo que no estaba entre las preocupaciones de los responsables municipales, algunos de los cuales se han enterado ya en sus respectivas alcaldías que el arreglo de las calles levantadas es a medias en todo aquello que sea mejora de lo que había.

Lo que sí está en el cajón de las preocupaciones municipales es que lo que diga la Junta a estas alturas, todavía sin firmar el convenio con ADIF, no es para irse a dormir tranquilos sin un papel sobre la mesa con la suficiente fuerza  jurídica para hacerlo cumplir. Por eso quizá Martínez  dice que reclamó ese papel en la reunión. Aunque lo mismo lo dijo después porque en la reunión estaba entretenido mirando de reojo a todo lo que se movía.

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