La calificación ambiental está regulada por el Decreto 297/1995 y se define como el procedimiento por el que se analizan las consecuencias ambientales de la implantación, ampliación, modificación o traslado de determinadas actividades al objeto de comprobar su adecuación a la normativa ambiental vigente y determinar las medidas correctoras o precautorias necesarias para prevenir o compensar sus posibles efectos negativos.
Este documento está directamente relacionado con la licencia municipal y sin él, el Ayuntamiento puertorrealeño no podría otorgar autorización para la implantación del consorcio.
Por ello, Alestis tuvo que solicitar la tramitación del expediente, debido al cambio de actividad que se va a producir en la zona de implantación, anteriormente ocupada en parte por Delphi. De hecho, las obras de la futura factoría están en plena ejecución de forma que, cuando esté aprobado el expediente de calificación ambiental, pueda pedirse la licencia e iniciar la actividad en la planta.