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España

Los demócratas ya paladean las mieles de una presagiada victoria

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La campaña por la Casa Blanca entró ayer en su última semana, con los demócratas paladeando las mieles de su presagiada victoria y los republicanos enfrascados en tensiones internas y en un intento final de derribar a sus rivales.

Mientras tanto, la noticia de que las autoridades desbarataron un plan de dos neonazis para asesinar al candidato demócrata Barack Obama ha desaparecido del mapa informativo en EEUU en una muestra de que nadie parece conceder gran importancia al complot.
Obama, por lo demás, sigue en cabeza en los sondeos tanto a nivel nacional como en algunos de los estados que el candidato presidencial republicano John McCain necesita asegurar para ganar las elecciones, como Ohio y Virginia.

Según el diario The Wall Street Journal el demócrata tiene prácticamente asegurados 259 de los 270 votos del colegio electoral necesarios para ganar el próximo 4 de noviembre. El triunfo en estados como Ohio o Virginia le permitiría sellar la victoria.
El sistema electoral estadounidense otorga un número de votos electorales a cada estado en función de su tamaño y población que los representan en el Colegio Electoral, el órgano que finalmente elige al presidente de EEUU.

Salvo contadas excepciones, quien gana en un estado se lleva la totalidad de los votos electorales de ese estado y para lograr la Presidencia es necesaria la mayoría simple de los 538 votos del Colegio Electoral, es decir 270.
La mayor parte de los medios coloca a Obama a un paso de los 270 o incluso por encima del listón, si se incluyen los estados que no son sólidamente demócratas pero sí se inclinan claramente por el senador y entre los que figuran los citados Ohio y Virginia, pero también Colorado y Nuevo México.
Además, prestigiosos analistas como Charlie Cook, autor del Cook Report, presagian que los republicanos podrían perder siete escaños en el Senado y al menos 20 en la Cámara de Representantes. Con esos datos sobre la mesa, los dos candidatos emprendieron rumbo ayer hacia Pensilvania, un estado que según las encuestas ha caído ya en el bando demócrata pero donde los republicanos no tiran la toalla.
Durante su paso por el estado al noreste del país, McCain dijo necesitar Pensilvania “para ganar el 4 de noviembre”.

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