La publicación de las designaciones de banderas azules ha vuelto a levantar una polvareda de malestar en el seno de Ecologistas en Acción. La rama de la asociación en Cádiz ha emitido un comunicado para volver a condenar que las playas elegidas en el informe, distinguidas con un sello de calidad, no reúnen “los requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia. Se basan en meros aspectos turísticos, no realizan inspección rigurosa alguna y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas”. De hecho, según explican, existen muchos aspectos que pasan desapercibidos a simple vista, pero que deberían ser tenidos en cuenta a la hora de hablar de una verdadera condición de calidad. “Solo identifican microorganismos fecales y aspecto visual, sin caracterizar otras sustancias peligrosas como hidrocarburos y metales pesados. El impacto del cambio climático y su efecto erosivo en las playas es ignorado”, prosigue el comunicado. “Solo indican la existencia de servicios para los bañistas, pero no reconocen una verdadera gestión ambiental y conservación de estos frágiles sistemas costeros”.
Incluso dan un paso más allá al dudar del origen de unos galardones que no dudan en calificar como “fraudulentos”, porque solo pretenden “resaltar el reclamo turístico” de las playas elegidas. Aseveran que “son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas, aunque cuenten con la complicidad de gobiernos autonómicos y locales”. Una complicidad de la que, aseguran, queda excluido un órgano mayor como es el europeo. “Hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la UE”, añaden.
Basándose en estos motivos, afirman que son “por lo menos ocho” las playas de la provincia de Cádiz que, según Ecologistas en Acción, “no debieran exhibir este galardón”: Fuentebravía (El Puerto de Santa María), Cortadura y Santa María del Mar (Cádiz), La Barrosa (Chiclana), El Palmar (Vejer de la Frontera), Getares (Algeciras), además de las playas de San Roque, Alcaidesa-El Faro y Cala Sardina. También menciona a las playas de Rota: La Costilla, que “alberga chiringuitos playeros en el mismo cordón dunar” y “sufre vertidos puntuales”, al igual que el Rompidillo-Chorrillo.
Por último, se dirigen a los distintos municipios “para que no pierdan el tiempo (y el dinero) persiguiendo estos falsos galardones y se afanen en hacer frente a los dos máximos desafíos para nuestras playas”. Estos desafíos que se defienden desde Ecologistas en Acción son “ofrecer soluciones a la subida del nivel del mar y demás consecuencias indeseables del cambio climático” y “depurar íntegramente todas las aguas residuales que van a parar al mar”.