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España

Cadena perpetua para el ex coronel Bagosora, por el genocidio ruandés

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) sentenció ayer a cadena perpetua a tres ex altos cargos militares ruandeses por su participación en el genocidio de 1994 en el país, que dejó más de 900.000 muertos en tan sólo 100 días.

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  • El ex coronel Bagosora. -
  • El desastre bélico ocasionó 900.000 muertos en 100 días
  • Hallan culpables a tres militares de genocidio, crímenes contra la humanidad y de guerra
  • Bagosora, acusado de haber asesinado a diez soldados belgas de la Unamir de la ONU
El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) sentenció ayer a cadena perpetua a tres ex altos cargos militares ruandeses por su participación en el genocidio de 1994 en el país, que dejó más de 900.000 muertos en tan sólo 100 días.

El coronel Théoneste Bagosora, ex director del gabinete en el Ministerio de Defensa y considerado por la Fiscalía como el “cerebro” detrás de las masacres, fue condenado junto con el mayor Aloys Ntabakuze, comandante del Batallón de comandos paracaidistas, una de las unidades del Ejército involucradas en las matanzas, y el coronel Anatole Nsengiyumva, comandante militar de Gisenyi.

El TPIR halló culpables a los tres militares de los cargos de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra al término de un juicio histórico para Ruanda que ha durado más de seis años.

Bagosora estaba acusado además de haber ordenado el asesinato de diez soldados belgas de la Misión de Asistencia de la Organización de Naciones Unidas en Ruanda (Unamir), que actuaba como fuerza de interposición entre las facciones rivales tras la guerra civil que vivió el país entre 1990 y 1993.

Los diez militares belgas eran la custodia de la entonces Primer Ministro ruandesa, Agathe Uwilingiyamana, quien con varios ministros y otros altos cargos del Gobierno fueron asesinados en las primeras horas del genocidio.

Un cuarto oficial, el general Gratien Kabiligi, comandante de operaciones militares en el Estado Mayor del Ejército, fue declarado inocente de todos los cargos presentados por la Fiscalía y puesto en libertad.

La Corte exoneró asimismo a cada uno de los acusados del cargo de conspiración para cometer genocidio antes del 7 de abril de 1994, fecha de inicio de las masacres, tal como había expuesto el fiscal del caso, Hassan Bubacar Jallow.

Según Jallow, los cuatro “prepararon, planearon, ordenaron, dirigieron, incitaron, alentaron y aprobaron el asesinato de civiles tutsis inocentes”.

El genocidio comenzó después de que en las últimas horas de la noche del 6 de abril de 1994, el avión privado Falcon 50 del entonces presidente ruandés, Juvenal Habyarimana, fuera derribado por un misil cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Kigali.

El avión, que procedía de Dar es Salaam, cayó frente a la residencia presidencial de Ruanda. 

Junto al presidente ruandés murieron su colega burundés, Cyprien Ntaryamira, y otros altos cargos gubernamentales de Ruanda y Burundi.

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