Hace algo más de ochenta años nació un artista de talla en el actual número 20 de la calle Empedrada, finca que ahora pertenece a la Peña La Bulería. Pues en ese mismo terreno, en una casa de vecinos humilde y con olor a puchero, vio la luz por primera vez Antonio Higuero Domínguez, quien ha sabido emocionar durante toda una vida con su manejo del pincel, el dibujo y el dominio del color sobre el lienzo. Sus obras dedicadas a Rafael de Paula, a la Fernanda de Utrera o a El Chalao, quedan ya para el tesoro de los grandes coleccionistas. Una de sus grandes joyas está en la peña que el sábado le rindió honores ante una sala llena de buenos amigos y grandes aficionados, que no es otra - la joya- que la que reina en el fondo del escenario cuya evocación nos lleva a pasear por los rincones del barrio de San Miguel, desde La Plazuela a el Campillo, pasando por calle Sol...
Antonio, que además es socio histórico de la peña, regaló en su día para que la entidad los luciera otros dibujos como los que recuerdan el mejor baile de El Jali o El Zorri, primo hermano por cierto de Higuero. Y allí estuvo su primo Pepe quien bailó en un histórico fin de fiesta en honor al maestro de las bellas artes. Antes de llegar al momento homenaje, en el que se subió la Junta Directiva de la peña para hacer entrega en manos de su presidente, José Manuel Rodríguez, de una placa a Higuero, pasó por el escenario el cantaor Tomás Rubichi, que interpretó soleá, seguiriyas y fandangos, además de unas bulerías compartidas con su hijo Bernardo que hicieron bailar al mismo Chicharito. Antonio Higuero, el tocaor, fue el encargado de exprimir los sentidos gitanos del cantaor sacando su mejor versión. "Hacía tiempo que no se escuchaba cantar así", llegó a decir Manuel Fores, en su día presidente de la Peña Tío José de Paula y considerado como uno de los grandes chanelaores de esto.
Nivel entre las butacas de la peña, con una generosidad importante de los artistas de ambas disciplinas. El ámbito de la pintura estuvo representado por nombres como el del crítico Bernardo Palomo, artistas como Juan Ángel González de la Calle, Pepe Basto, Pedro Carabante; y del flamenco, Angelita Gómez, Manuela Carpio, Ana María López, Mateo Soleá, Macarena de Jerez, Diego Vargas, La Yoya, Rocío La Jerezana, Diego Gallardo El Pijo, también el presidente de la Real Academia de San Dionisio, Juan Salido, así como el presidente de la Federación Local de Peñas, Jesús López, representación de otras peñas como Tío José de Paula, con su presidente Joaquín El Zambo.
Fue José María Castaño el encargado de declamar unos versos en honor del homeajeado, destacando su transmisión en el mensaje, como pasa con los cantes "de La Plazuela". Una vez que se celebró el homenaje en sí mismo, fin de fiesta con el cante de El Morito, Benito Peña, Rocío La Jerezana y otros artista ya mencionados, provocando todos y cada uno de ellos la fiesta impagable que merecía Antonio Higuero en una jornada, por cierto, en la que no se olvidaron de guardar un minuto de silencio por el fallecimiento del joven Pablo Sampalo, de 23 años, capataz del palio de la Esperanza de la Yedra.
