“Francia sigue siendo la base de repliegue de ETA pese a los acontecimientos en Portugal”, señaló el capitán de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) Stéphane Durez, en la segunda jornada del juicio en París contra Alaitz Areitio, Maite Juarros e Ígor Igartua, acusados de haber formado parte de una célula de reclutamiento dependiente del aparato militar de la organización terrorista.
Durez puso el acento, ante el Tribunal de lo Criminal de París, en que no sólo “Francia es la base de repliegue” de los etarras, sino también “el lugar de la toma de decisiones” sobre los atentados que se cometen en España: “Todo ocurre en Francia”.
Sobre los hechos concretos por los que están inculpados Areitio, Juarros e Igartua, el oficial antiterrorista analizó el tiroteo que protagonizaron las dos primeras con dos gendarmes por carreteras de montaña de los Pirineos franceses el 28 de octubre de 2004, en el que nadie resultó herido, y que terminó con Maite Juarros arrestada.
Para enmarcar este incidente, señaló que ese tiroteo contra los dos motoristas de la Gendarmería “no fue un acto aislado” puesto que se habían producido casos similares en el pasado y después, e insistió en que los etarras con las armas “no son aficionados” porque reciben entrenamiento para su manejo de la organización, que además fija “condiciones de utilización”.
“Para escapar de un arresto (...) están autorizados a usar las armas pero sólo en esas circunstancias”, ya que, al contrario de lo que ocurre con las españolas, “las fuerzas del orden de Francia no son objetivo de ETA”, indicó el capitán de la SDAT.
Para ilustrarlo recordó que en noviembre y diciembre de 2001 dos gendarmes habían resultado gravemente heridos por los tiros de etarras que intentaban y consiguieron escapar, y que por el primero de estos casos una vez detenido fue condenado a 30 años el entonces jefe del aparato militar, Juan Ibón Fernández Iradi, Súsper.
Durez igualmente recordó los hechos ocurridos el 1 de noviembre de 2007 en Capbreton cuando dos guardias civiles españoles en misión en esa ciudad de las Landas “fueron asesinados fríamente” por etarras, lo que a su juicio mostró “su determinación para usar las armas en Francia”, aunque el policía insistió en distinguir que entonces atacaron expresamente a los agentes porque eran españoles.
Durez describió el prolongado historial dentro de ETA de la pareja que forman Areitio e Igartua, que ya han sido condenados en Francia por su pertenencia a la organización terrorista a cuatro años y a un año de cárcel respectivamente.
De Juarros contó que su paso a la clandestinidad databa de comienzos de 2004, y que después de pasar por pisos de la reserva de la banda en el centro de Francia donde se supone que recibió formación del aparato militar, se integró en la estructura de reclutamiento con los dos anteriores.
Esa célula, según su relato, se encargaba de entrar en contacto en zonas fronterizas con España con miembros legales (no fichados) de la banda terrorista que operaban como informadores o como agentes de reclutamiento en el lado español.
