En un último intento de evitar fuga de votos a otros partidos de la derecha, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, prometió anoche, si gana las elecciones del martes, anexionar para Israel al menos parte de los territorios palestinos ocupados, donde la comunidad internacional apuesta por crear el futuro Estado palestino.
"Hasta hace poco, Netanyahu permanecía cuidadoso sobre la anexión formal, prefiriendo pequeños pasos que fortalecieran la conexión de los asentamientos con Israel. Prefería dejar los espacios abiertos en Cisjordania para un futuro acuerdo con los palestinos", explicaba hoy el analista Aluf Benn en el diario "Haaretz".
"Pero bajo la presión electoral y una creciente dependencia de sus socios de ultraderecha, mientras se acerca una decisión sobre su imputación por corrupción, Netanyahuha cambiado de dirección y ha empezado a sugerir su apoyo a una anexión apoyada por Estados Unidos", indicaba el periodista.
El reciente reconocimiento por Washington de la soberanía israelí sobre el territorio sirio de los Altos del Golán -que el país ocupó en 1967 y se anexionó en 1981 sin reconocimiento de la comunidad internacional-, ha dado alas a los grupos que reclaman que se extienda la soberanía israelí a Cisjordania, o al menos a los grandes bloques de asentamientos judíos.
Los partidos a la derecha del Likud de Netanyahu, como Nueva Derecha, Zehut o la Unión de Partidos de Derechas, apuestan claramente por la anexión de la denominada Área C en los Acuerdos de Paz de Oslo, que abarca un 60 % de Cisjordania y donde residen la mayoría de los colonos.
Muchos en el Likud también apoyan la anexión de al menos partes de ese territorio y el Comité Central del partido lo pidió explícitamente en 2017, pero Netanyahu nunca había apostado tan claramente en público al respecto.
Anoche, sin embargo, preguntado en una entrevista por qué en sus diez años al frente del Gobierno no había anexionado el asentamiento de Maale Adumim (cerca de Jerusalén) y el bloque de colonias de Gush Etzion (entre Jerusalén y Belén), respondió: "¿Quién dice que no lo voy a hacer?".
Tras destacar el reconocimiento estadounidense de la soberanía israelí en el Golán, aseguró: "Seguiremos adelante con la próxima fase. Sí, extenderé la soberanía".
"Yo no distingo entre los bloques de asentamientos y los asentamientos aislados, porque cada asentamiento es israelí, y yo no lo entregaré a la soberanía palestina", dijo, y prometió que no dividirá Jerusalén, no evacuará ninguna colonia y garantizará que "Israel controla el territorio al oeste del (río) Jordán".
También aseguró que ha dejado claro al presidente de EEUU, Donald Trump, que no está dispuesto a sacar "ni a una sola persona" de las colonias en territorio ocupado.
Todas ellas, cuestiones que imposibilitarían la creación de un Estado palestino viable e independiente.
Según una encuesta reciente, un 42 % de la población israelí apoya algún tipo de anexión en Cisjordania. Una postura que mantienen no solo ciudadanos de derechas, sino que incluye a votantes del bloque de centro-izquierda.
El analista Sever Plocker enmarcaba hoy en el diario "Yediot Aharonot" esta situación en el hecho de que "la clase media ha virado a la derecha".
"El bloque de centro-derecha ha reemplazado la aspiración de acabar con la ocupación -consintiendo un Estado-nación palestino soberano, contiguo y viable-, con el concepto de 'separación', que significa un gobierno palestino civil limitado en partes de Judea y Samaria (Cisjordania), control militar exclusivo israelí sobre la mayor parte del territorio y la anexión de entre el 8 y el 80 % del territorio", afirma Plocker.
El experto en Oriente Medio Victor Kattan advierte de que la anexión "sería desastrosa para los palestinos" y también "enormemente dañina para Israel". "Netanyahu lo sabe, pero también sabe que sus votantes se han movido hacia la derecha y que Trump le apoyará de todos modos", valoraba hoy en "Haaretz".
La posible anexión también tiene detractores, como el autodenominado Movimiento de Comandantes por la Seguridad de Israel, grupo no partidista de unos trescientos exgenerales y altos cargos de Inteligencia que afirmó anoche que esta decisión, incluso si es parcial, sería "un desastre nacional".
"Está claro que el plan no pretende quedarse en un cajón: la anexión está aquí y traerá consigo un Estado binacional con 2,6 millones de palestinos que vivirán donde quieran en Israel y se moverán sin restricciones. Sanidad, educación y bienestar: nosotros pagaremos el precio. Este desastre debe ser parado antes de que sea demasiado tarde", advirtió el grupo en un comunicado.
Los palestinos aseguraron no estar sorprendidos por la promesa de Netanyahu a sus votantes y el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, advirtió de que Israel "seguirá violando descaradamente la ley internacional mientras la comunidad internacional continúe recompensándole con la impunidad". EF
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Netanyahu promete Palestina -o parte- a los israelíes
El primer ministro de Israel promete que si gana las elecciones del martes, anexionará para Israel al menos parte de los territorios palestinos ocupados
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