Las direcciones de todos los partidos se han reunido para analizar los resultados obtenidos en los comicios europeos del domingo, y los socialistas, según ha asegurado su secretaria de Organización, Leire Pajín, “han tomado buena nota” de su derrota y han hecho autocrítica.
El partido preparará un estudio postelectoral para conocer en detalle las causas de su descenso –21 eurodiputados frente a los 23 del PP–, pero, a priori, achaca el resultado a la escasa movilización de su electorado y al fuerte impacto de la crisis económica, pero no lo interpreta como un castigo al Gobierno.
Su alivio es que en circunstancias tan complicadas como las actuales su apoyo sigue siendo “altísimo” y no han sufrido el “varapalo” que algunos pronosticaban.
Pero para el PP, según ha manifestado su secretaria general, María Dolores de Cospedal, hay motivos “más que suficientes” como para que Zapatero presente una cuestión de confianza en el Congreso para comprobar “hasta qué punto puede recibir apoyos parlamentarios” para continuar gobernando.
Es probable que hoy el Comité ejecutivo nacional del partido estudie la posibilidad de presentar una moción de censura, pero el PP sabe que difícilmente contaría con los apoyos suficientes para sacarla adelante, a pesar del aislamiento del grupo socialista en el hemiciclo.
El mismo portavoz de CiU en la Cámara Baja se lo dijo ayer. Josep Antoni Duran Lleida ha animado al PP a pasar a la ofensiva y a atreverse a plantear una moción de censura contra el Gobierno, pero ya ha adelantado que él no podría apoyarla porque no confía en Rajoy como alternativa.
El PSOE también ha advertido al PP de que se equivocará si hace una lectura de los resultados de las europeas en clave nacional.
En lo que sí ha habido unanimidad es en que estos comicios han reforzado el liderazgo de Mariano Rajoy en el PP y acallarán eventuales críticas internas a la estrategia del partido.
Como ha resumido Luis de Grandes, segundo en la candidatura popular al Parlamento Europeo, el PP ha conseguido “todos” sus objetivos: “Ganar, convencer y fortalecer la posición de Rajoy, si alguien la cuestionaba”.
La presidenta de la Comunidad y del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha mostrado totalmente de acuerdo y ha asegurado que Rajoy sería “el rey” en una hipotética partida de ajedrez en la que jugaran todos los dirigentes populares.
Ha destacado también el fracaso de quienes han intentado que el caso Gürtel restara apoyos al PP madrileño y que han conseguido lo contrario.
Tampoco la imputación en el caso del presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, ha mermado el respaldo que recibe el PP en ese territorio, donde ha logrado la mayoría absoluta de los sufragios.
Para el presidente del PP en Castellón, Carlos Fabra, ha quedado demostrado que la gente es “muy lista” y le preocupa los cuatro millones de parados. No “si Carlos Fabra o Paco Camps somos culpables o inocentes”, ha agregado.
Junto a las dos formaciones principales, IU ha valorado sus resultados, convencida de que mantener los dos escaños en la Eurocámara con un 3,75% de los votos, a pesar de perder casi 60.000 sufragios, supone una parada en su “caída libre” de los últimos años.
Su temor ahora es que el PSOE, presionado por el PP, gire hacia la derecha, por lo que ya le ha advertido de que no contará con su respaldo salvo que ofrezca una salida a la crisis “positiva y social”.
Los partidos catalanes también han hecho análisis de los comicios, con la mirada puesta en las autonómicas del año que viene.
Sólo CiU consiguió reunir más votos que en las anteriores elecciones europeas, mientras que el PSC, el partido vencedor en la comunidad, obtuvo 205.000 sufragios menos.
Duran Lleida ha asegurado que se intuye el “inicio de un cambio de ciclo político” que podría abrir las puertas de la Generalitat a CiU el año que viene.
La dirección del PSC cree que la crisis es la causa principal de su descenso, pero reconoce que, en parte, se puede achacar también a los temas de la agenda catalana pendientes de resolver, como la financiación autonómica.
