Ataques y bombardeos entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) continuaron hoy en Jartum y otras áreas próximas a la capital un mes después de que comenzara este conflicto militar que ha acabado con la vida de más de 600 personas.
Residentes en la capital sudanesa dijeron a EFE que fuertes explosiones, aparentemente causadas por bombardeos aéreos, se oyen desde esta mañana en las tres ciudades que componen el estado de Jartum.
Los bombardeos tuvieron lugar en áreas del sur y el norte de la capital, así como en el este del Nilo, contra posiciones de los paramilitares, enfrentados con el Ejército desde el 15 de abril.
Testigos presenciales afirmaron que han visto aviones no tripulados del Ejército que bombardeaban carros militares de los paramilitares en las inmediaciones de sus granjas en el sur y el este de Jartum, así como "cadáveres de combatientes de las FAR".
Los residentes dijeron también que varios proyectiles cayeron cerca del hospital Sharq al Nil, uno de varios centros médicos que han sido desalojados de forma forzosa por los paramilitares para utilizar como forma de protegerse de los bombardeos del Ejército tras la destrucción de sus campamentos en Jartum.
Precisamente las FAR acusaron hoy en un comunicado al Ejército de bombardear ese hospital y causar "muerte y heridas a decenas de personas", sin aclarar si se trata de civiles o paramilitares.
El Ejército ha acusado repetidamente a los paramilitares de protegerse en instituciones civiles, incluidos hospitales, así como de ocupar viviendas de civiles para evitar los bombardeos aéreos en zonas residenciales.
Ambos bandos se culpan de hacer fracasar las sucesivas treguas anunciadas desde el inicio de los combates, siendo la última una de siete días y auspiciada por Sudán del Sur que finalizó el pasado jueves.
Ese día, el Ejército y las FAR firmaron un acuerdo de principios en la ciudad saudí de Yeda, mediado por Arabia Saudí y Estados Unidos, y con la ayuda de Naciones Unidas para garantizar el flujo seguro de la ayuda internacional a los sudaneses, proteger a los civiles y al personal humanitario.
Las partes han reanudado el diálogo de forma indirecta y en gran secretismo para acordar una tregua de diez días y un mecanismo para facilitar el envío de ayuda.