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El nerviosismo se instala en el PSOE tras el ajuste

El nerviosismo es patente en el grupo socialista, donde algunos diputados no ocultan en privado su preocupación ante un escenario que pinta en bastos, sobre todo después de haber tenido que aprobar en solitario el plan de ajuste y de que la política económica de Zapatero fuera objeto de las críticas

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  • El grupo socialista se muestra nervioso ante un panorama en el que pintan bastos. -
El nerviosismo es patente en el grupo socialista, donde algunos diputados no ocultan en privado su preocupación ante un escenario que pinta en bastos, sobre todo después de haber tenido que aprobar en solitario el plan de ajuste y de que la política económica de Zapatero fuera objeto de las críticas de toda la oposición.

Tras el chaparrón, el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, garantizó que el Ejecutivo y el PSOE se esforzarán para conseguir que “las nuevas iniciativas y reformas puedan tener más consenso parlamentario”.

Un consenso que, en conversaciones con Efe, reclaman distintos diputados socialistas, que prefieren permanecer en el anonimato y que confiesan estar muy preocupados ante la soledad parlamentaria del PSOE y por el hecho de que haya tenido que llevarse hasta el extremo la denominada “geometría variable” que, en estos dos años, les ha permitido ir capeando el temporal con más o menos soltura.

Sin embargo, en la votación del pasado jueves, el PSOE se quedó absolutamente solo y tuvo que fiar la aprobación de su plan no al apoyo, sino a la abstención de grupos como CiU.

Fue especialmente duro, apuntan algunos parlamentarios del PSOE, escuchar al portavoz de los nacionalistas catalanes, Josep Antoni Duran Lleida, al sentenciar que la etapa de Zapatero “está finiquitada” y reclamar un adelanto de las elecciones generales para principios de 2011.

Duran Lleida aseguró que CiU no apoyará de ninguna manera los presupuestos del próximo año, que podrían incluso ser devueltos al Gobierno cuando se debatan las enmiendas a la totalidad, habitualmente a mediados de octubre.

Interpretan los socialistas que CiU ha decidido marcar distancias con la vista puesta en las elecciones catalanas, que se celebrarán presumiblemente en noviembre ante el deseo del presidente de la Generalitat, José Montilla, de no adelantarlas, en contra de las sugerencias que le ha hecho el PSOE.

También está en el aire el respaldo del PNV y de otras fuerzas como ERC, IU, ICV o BNG, aunque para intentar seducir a los partidos de izquierda Zapatero se guarda la baza de la futura subida de impuestos a los más ricos.

Así las cosas, los socialistas juzgan que si no se aprueban los Presupuestos Generales del Estado para 2011 será “inevitable” el adelanto electoral, porque sería una imprudencia prorrogar los de este año e intentar regir el país con unas cuentas diseñadas en el 2009 y una situación muy distinta a la de entonces.

Por eso, los socialistas se preparan para recomponer sus relaciones con otros grupos, partiendo del reconocimiento de que ha escaseado el diálogo con el resto de fuerzas y conscientes de que el decretazo podría haber cosechado más respaldos si se hubiera negociado previamente su contenido.

Tampoco faltan diputados en la bancada socialista que serían partidarios de un pacto estable de legislatura, hipótesis ésta que, sin embargo, reconocen muy poco probable.

Con todo, en el PSOE están seguros de haber hecho lo que tenían que hacer, ante la decisión de la UE de que todos los países aceleren la reducción del déficit en defensa del euro y con el fin de anticipar la recuperación económica y el empleo. Frente a esa actitud que estiman “responsable”, los socialistas contraponen la postura “absolutamente irresponsable” del PP, que, de acuerdo con el análisis del PSOE, se opuso al decreto ley anteponiendo el interés partidista al general.

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