“Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible”, la famosa frase pronunciada tiempo atrás por un torero e implantada en el acervo popular puede resumir coloquialmente lo que se piensa desde la profesión médica y enfermería sobre la nueva agenda asistencial de la sanidad pública andaluza para la atención primaria puesta en marcha (o “impuesta” como consideran los representantes de los sindicatos médicos) desde la Consejería de Salud andaluza.
En ella, punto clave es la vuelta a una asistencia presencial en un determinado cupo para los médicos de familia y pediatras de los centros de salud públicos, que distintas voces consideran, directamente, inviable tal y como se plantea por el escaso tiempo por paciente, falta de personal, elevadas listas de espera y presión que no cesa por mor de la pandemia, entre los condicionantes negativos, pero también hacen hincapié en la “falta de sensibilidad” de la administración autonómica que no ha escuchado ni a médicos, ni a cuadros intermedios (los directivos), ni a organizaciones sindicales.
Para Pedro Navarro, presidente del Colegio de Médicos de Málaga, la vuelta a las consultas cara a cara es “positiva”, ya que considera que la presencialidad “es necesaria” como describe gráficamente: “Los médicos deseamos ver al paciente in situ, ya que telefónicamente crea preocupación pues estamos acostumbrados a verlos y a explorarlos”.
No obstante, considera que no se solucionan “todos los problemas de accesibilidad en medicina de familia y pediatría, ya que “hay que aumentar profesionales, no se puede volver a precovid con los problemas que ya había como falta de profesionales y mejora de las condiciones de trabajo, para fidelizarlo, y agendas más ajustadas no tan largas con tiempo, para verlo de forma sosegada, ya que “la telemedicina llega para quedarse, pero hay que solucionar las indicaciones de pruebas diagnósticas y que el médico pueda gestionar oferta y demanda”.
Para Juan Pedro Ruiz, responsable de sanidad de CSIF, “se ha maltratado mucho con este plan de agenda que quieren mantener desde la administración, no le veo otra excusa que está hecha por alguien que no ha salido de un despacho o queremos destruir la sanidad pública en pro de la privada”, y calificó el plan de la consejería de “caótico, utópico como hecho por de un niño de tres años, es fantasía”. Ruiz recuerda que atención primaria es “la primera línea, la columna vertebral, si sus costuras saltan, como ha ocurrido, el sistema de hospitalización falla, no se controla bien a los crónicos pluripatológicos y se llenan los hospitales”, además, si no hay atención adecuada, los pacientes “acuden a urgencias y todo se desestructura”, por lo que insta a la Junta a “mimarla, financiarla, dotarla de profesionales”, lo que considera, que no es así actualmente.
Desde el Sindicato Médico de Málaga su presidente, Antonio Martín, asegura que están “muy decepcionados” porque esta administración “te da las cosas hechas sin consultarlas antes o escuchar propuestas de los que representamos a los médicos”. Asegura en declaraciones Viva Málaga que en nuestra provincia “la lista de espera creada en atención primaria está fuera de lugar”, por lo que desean que “se resuelva, no estamos en contra pero hay otras formas diferentes a como la administración quiere”.
Por ello, indicó que “estamos muy preocupados en Málaga y otras provincias en cómo se desarrolla porque las medidas planteadas por la administración no sirven para resolver problemas ya que hay zonas sin tanta gente, pero en Málaga hay muchos habitantes no censados que consumen sanidad y esto traerá los fallos que creemos que se producirán, cuando se ha abusado de números citando a la misma hora a varios pacientes y, si se mantiene esa política ‘ilegal’ será un conflicto y si no se quiere acumular a pacientes en el mismo espacio, no se va conseguir”.
También se muestran muy críticos desde SATSE, ya que según Juanjo Sánchez, secretario provincial del sindicato de enfermería, en el plan que propone Salud se crea una figura de “consulta de acogida, demanda diferida, triaje” que recae en competencia de enfermeras, un plan “inviable” si no lleva aparejado “el incremento de personal correspondiente”, ya que las enfermeras “están más que saturadas, con el trabajo previo a la pandemia más lo que ha llegado de atención con pandemia”. Sánchez considera que “hay que volver a la presencialidad, dar normalidad a la asistencia sanitaria y a esta puerta de entrada del ciudadano que es la primaria”.
Los ‘mágicos`diez minutos
Todos los consultados coinciden en que para que la cosa funcione en atención primaria se necesita un esfuerzo en recursos humanos, que traducido quiere decir la contratación de profesionales sanitarios suficientes.
Lo ilustra Sánchez cuando indica que “sin el incremento de recursos humanos es imposible, y a las pruebas me remito: en los centros de salud se ha trabajado por encima de las posibilidades profesionales, han puesto más del cien por cien y la pandemia absorbe muchos recursos”, por lo que “sin ese incremento cualquier propuesta es un brindis al sol”.
Por eso sigue sobre la mesa la necesidad de ajustar las agendas y que los médicos tengan 10 minutos por paciente. Así, Navarro insiste en “10 por paciente, con un número limitado de enfermos, pero si hay lista de espera…”, por eso reclama crear más plazas, más cupos de médicos.
Para Martín, “la media de 10 minutos sigue pendiente, para hacer un acto médico en condiciones, pero está en tres y cuatro minutos por enfermo”, un problema agravado, coincide también, por la falta de médicos.
Por último, Ruiz, desde CSIF, apunta que no se pueden meter 50 citas al día: “Es una burrada”. Y todo ello, “sin contar las urgencias”. Por eso, resume que en el caso de la cita normal “hablamos de que sea, en el mejor de los casos, siete minutos”, pero otras, como renovación de tratamientos, tienen un máximo de tres minutos y no se puede valorar si se debe cambiar o no, lo que considera que “es una locura” cuando además, “dejan tres citas al día solo para asistencias clínicas” (como infiltraciones, citologías…) y “todo quedará en lista de espera”.