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La burrita Baldomera, de vídeo viral a protagonista de un cuento infantil

Que la malagueña burra Baldomera se ha convertido en el Platero del siglo XXI no es ninguna exageración

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  • El cuento.

De burrita anónima a súper estrella de las redes, y todo por la desgracia que le sucedió a Baldomera durante la pandemia: estar más de dos meses sin ver a Ismael, su amigo, su dueño, el mismo que ahora presenta "La burrita Baldomera", un cuento infantil ilustrado donde "Baldo" es una suerte de Greta Thunberg.

Que la malagueña burra Baldomera se ha convertido en el Platero del siglo XXI no es ninguna exageración a juzgar por los más de 50 millones de personas que la conocen en el mundo después de que contempláramos como animal y hombre se fundían durante su reencuentro post confinamiento en un abrazo cuya banda sonora estuvo llena de los rebuznos y gritos de alegría de ambos.

Pero no solo es una "Platera" por ser un burro de fama mundial, sino porque en este libro publicado por la editorial Nube 8, Ismael F. Arias y Enrique G. Ballesteros -ambos periodistas- además de rodearla de las mariposas blancas juanramonianas, le han dado el papel de voz de denuncia.

"La única pretensión que he tenido -cuenta a Efe Arias desde su casa de la Axarquía malagueña donde vive junto a Baldomera- ha sido transmitir los valores del campo, del amor a los animales, y dejar esa semilla para contribuir a que las nuevas generaciones tengan más en cuenta los animales, a la vida en el campo y el trato entre iguales con los animales es una pasada".

Eso, y que la historia entre la burra y su dueño "quede inmortaliza".

Y con "La burrita Baldomera" lo han conseguido porque gracias a las ilustraciones de Ayesha Rubio no solo hacen que los pequeños le pongan cara a este animal, sino que sientan también junto a ella el dolor por no saber donde está su amigo durante dos largos meses.

Un tiempo en el que "Baldo" se imagina que Isma ha tenido todo tipo de accidentes, como el de quedar varado a la deriva en un cascote de un iceberg derretido por el calentamiento global, o enfermo en una cama de hospital por culpa de la contaminación.

"La pena es que lo que dice el cuento no es ficción, es realidad, y Baldomera nos recuerda y hace ver a los niños y a los padres que tenemos que cuidar del medio ambiente. Lo hemos visto con el confinamiento, nos hemos dado cuenta que la naturaleza ha respirado, y eso uno de los grandes aprendizajes del confinamiento", cuenta este amante de los animales hasta tal punto que ha hecho crecer la familia y ha creado el "arca de Isma", se ríe al contarlo.

"Se me ocurrió decir un día que el animal que siempre me ha gustado no era el burro, sino las gallinas, y ahora cada vez que bajo al pueblo a comprar algo me regalan una o dos y ya tengo 17", confiesa agradecido a esos vecinos.

Pero también tiene a "Lío", un perro que llegó a él después de pasar por tres casas en dos meses, un gato que se encontró abandonado en el campo y un vencejo que ha criado durante un mes y pico hasta que hace poco voló y se fue.

Pero por la mente de Arias ahora pasa otra idea, la de hacer madre a Baldomera: "le han salido unos cuantos candidatos, porque mi Baldo es muy guapa. Quiero que tenga un rucho porque a los burros les gusta estar acompañados".

Eso sí, el periodista también confiesa que más burros no puede tener porque "al final necesitas pasta". "Los burros comen mucho, entre el grano, la paja, la verdura, y pueden estar hasta 16 horas comiendo al día, pero por mi tendría 10", concluye este periodista y ahora coautor de un libro necesario para creer que los animales son, a veces, nuestros alter ego.

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