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La urna de Laureano de Pina afronta su primera restauración en 352 años

El orfebre Toni Falla tratará de resolver los problemas de una estructura que se mantiene intacta desde 1669

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  • La urna del Santo Entierro, el Viernes Santo de 2019. -

La urna del Santo Entierro, una de las piezas más sobresalientes del patrimonio cofradiero de la ciudad, va a ser restaurada por primera vez 352 años después de que empezara a ser ejecutada por el jerezano Juan Laureano de Pina, el orfebre andaluz más prestigioso de la época.

La intervención será acometida por otro artista local, Antonio García Falla, y consistirá fundamentalmente en resolver sus problemas de estructura.

Este trabajo se prolongará por espacio de seis meses y es posible gracias a la convocatoria de subvenciones que dispuso la Junta de Andalucía en 2020 para la conservación del patrimonio sacro, unas ayudas que van a permitir mantener la actividad en talleres como el de Toni Falla.

“Está siendo un año muy malo en cuanto a trabajo, ya que vivimos un poco de la inercia anterior y de los encargos que habían quedado pendientes. Empezamos a trabajar con la urna a primeros de marzo y el plazo de ejecución es de seis meses, lo que nos sitúa ya en septiembre. Si para entonces la situación ha mejorado y tenemos Semana Santa en 2022, pues se supone que también se animará el trabajo”, explica este profesional de la orfebrería.

No en vano, la restauración de la urna le va a permitir sacar del ERTE a uno de sus empleados.

En pie, pero “casi de milagro”

Cuando meses atrás tuvo un primer encuentro con la urna, Toni Falla se llevó “las manos a la cabeza” por el “lamentable” estado en el que se encontraba su estructura, considerando casi “un milagro” que a día de hoy se pudiera mantener en pie.

Unas primeras catas previas al desmontaje de la pieza han constatado que la estructura interna es la primitiva, realizada en roble en 1669.

El primer objetivo es salvar esa estructura, pero si no fuera posible se sustituiría por otra de idéntico material y características similares, en la que se insertarían piezas originales a modo de legado histórico.

Intervenir una pieza de esta envergadura “impone mucho respeto” dado que se trata de una obra firmada por Juan Laureano de Pina de 350 años de antigüedad y de enorme calidad artística.

Además de la consolidación estructural de la urna también va a ser necesario intervenir algunas de las piezas de platería, reponiendo incluso algunas ausencias que se localizan fundamentalmente en el interior del conjunto.

Se precisaron 25 años para su ejecución

La urna está realizada en plata de ley y cristal de roca, siendo labrada por Juan Laureano de Pina entre 1669 y 1694.

Fue donada a la Hermandad de la Piedad por Manuel Ponce de León y Villavicencio, que abonó 1.138 pesos al orfebre jerezano.

Se estrenó el 9 de abril de 1694, Viernes Santo, en pleno esplendor del barroco andaluz.

En la escritura de donación que Manuel Ponce de León firmó ante el escribano Francisco Márquez Arroyo se dispone expresamente que si con el paso del tiempo la urna tuviera algún desperfecto, el prioste, mayordomo y hermanos mayores de la cofradía quedaban obligados a repararla.

Y en eso está precisamente la Hermandad de la Piedad 325 años después de que se materializara aquella histórica cesión.

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