Las restricciones aprobadas por la Junta de Andalucía contra el Covid-19 el pasado 8 de noviembre han dado un nuevo mazazo al comercio tradicional. “Las compras más frecuentes se producen entre las siete y las ocho de la tarde”, señala Beatriz Gandullo, gerente de Cádiz Centro Comercial Abierto. La normativa obliga desde el martes 10, cuando entró en vigor, a echar la baraja a las seis. El sector sigue preguntándose la razón de esta decisión. “El comercio no es foco de contagio”, remarca Manuel Queiruga, presidente de la entidad, y el toque de queda se ha fijado cuatro horas después, de manera que la gente puede estar en la calle pero no en el interior de un establecimiento. “Cumplimos escrupulosamente con los protocolos de prevención higiénico sanitarios”, agrega, al tiempo que lamenta que las nuevas medidas, entre las que se encuentra el cierre perimetral, que elimina la clientela proveniente de otras localidades, han provocado la caída de las ventas en torno a un 50%.
“Hemos ampliado horarios, manteniendo abiertas las tiendas a mediodía y los domingos, y ofrecemos servicio a domicilio”, explica Nela García, máxima responsable de la Asociación de Comerciantes del Centro Comercial Abierto Jerez-Acoje, para sortear los obstáculos de la Administración en su lucha contra la segunda ola de contagios. Pero la incertidumbre es total; y la situación por la que atraviesan autónomos y pequeños empresarios, muy delicada, porque “no ha habido ayudas para hacer frente al pago de alquileres de locales, impuestos y tasas o para rebajar otros gastos fijos”.
De hecho, apenas hay margen para ofrecer grandes descuentos durante la celebración del Black Friday. “No contamos con stock suficiente para ello y no podemos vender a pérdidas”, lamenta. No obstante, los asociados harán un esfuerzo. “Aprovechamos también para liquidar existencias de colecciones y productos muy concretos”.
Depende igualmente del tipo de comercio. En Cádiz, según Gandullo, habrá rebajas de hasta el 70% en textil entre el 23 y el 30 de noviembre. La web de la asociación ofrecerá cumplida información de los establecimientos que se suman a la campaña y sus ofertas. “Confiamos en que los gaditanos se solidaricen”, afirma, porque “el consumo se ha frenado en el peor momento”, tercia Queiruga.
Si el año ha sido negro hasta ahora, el futuro inmediato tampoco es halaguëño. “Esto es una cadena: si no hay bodas, no solo se ven perjudicados las empresas de cátering o sonido, tampoco se venden trajes y complementos”, explica Nela García.
El escenario se complica aún más con el repunte de casos y la posibilidad de extender en el tiempo las restricciones. De seguir las condiciones actuales, queda disipada cualquier posibilidad de reforzar el personal durante las fiestas navideñas. Muchos de los comercios siguen en ERTE. Otros han cerrado definitivamente. No habrá contrataciones de manera generalizada porque el objetivo, ahora mismo, es sobrevivir.
“Necesitamos clientes como nunca”, señala el presidente de Cádiz Centro Comercial Abierto. “Nos estamos volcando en el programa de fidelización, regalando entradas de cine, bonobuses, descuentos para los aparcamientos de la ciudad y vales de diez euros canjeables en nuevas compras”. Todo ello, con mucho esfuerzo.
“No podemos competir con las grandes firmas. Solo podemos marcar las diferencias”, apunta la presidenta de Jerez Acoje, entre las que se hallan, subraya, la atención y los servicios que ofrece el comercio tradicional, permitiendo apartar productos sin límite temporal o pagarlos a plazos a medida del consumidor. “Lo que nos define es el trato humano, la proximidad”, concluye.
