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Jerez

"Eso no se le hace a un ser humano". Indignación en las Casitas Bajas

El cuerpo de la víctima, de 39 años, hallado en el contenedor, presentaba un fuerte golpe en la cabeza y estaba semidesnudo y envuelto en una cortina

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El cuerpo de la víctima tras ser recuperado del contenedor.

La casa donde vivía uno de los detenidos.

Contenedor al que se arrojó el cuerpo de la víctima.

“La vi entrar por la mañana (por el sábado) en la casa y ya no salió de ese fumadero; esa chavala no era de aquí; la habré visto cuatro o cinco veces. Eso que le han hecho no se le hace a un ser humano. Yo del J.C. no me lo esperaba”. Es el testimonio de una de las vecinas del barrio de las Casitas Bajas del Polígono San Benito, donde unas horas antes, durante la madrugada, los agentes de la Policía Local hallaron el cuerpo sin vida de Regina V. V, una mujer de 39 años y vecina de Las Torres, en el interior de un contenedor de basura de la calle Cepa, a escasos metros de la vivienda donde la víctima había pasado el día y parte de la noche, según apuntan estos testigos. Esta señora que hace estas declaraciones vive muy cerca de la casa -ya precintada por la Policía Nacional- en la que residía J.C, uno de los detenidos por el presunto homicidio, que se ha criado en este barrio, y al que los agentes de la Policía Local interceptaron en la avenida Tomás García Figueras junto con otro individuo más por estos hechos. 

Reconoce que en más de una ocasión “le he tenido que reñir” por el ruido que había en su casa, “donde entraba y salía mucha gente”, pero justamente la noche del suceso “te juro que no escuchamos nada; ni gritos, ni nada; me enteré por mi hijo, que venía de una barbacoa y se encontró con la Policía”, relata a Viva Jerez.

Ni ella ni el resto de vecinos podrían imaginarse lo que ocurriría después. Sabían que algún día pasaría “algo gordo”; "porque eso es un fumadero” -añade otro vecino desde la ventana- refiriéndose a la casa de uno de los investigados, que era propiedad de la madre (ya fallecida). “Creí que el que acabaría en un bidón sería él”, señala, en alusión a sus problemas con las drogas y sus antecedentes policiales. Nadie hablaba de otra cosa y todos lamentaban el trágico final de la mujer, que es hija de un vigilante municipal del Ayuntamiento de Jerez. 

Según confirmaron a este periódico fuentes policiales, pasaban las cuatro y media de la mañana cuando un vecino daba aviso al 112 alertando de que había visto a dos individuos arrojando un bulto grande que parecía ser un cuerpo y marchándose del lugar. Los primeros en personarse en la zona fueron los agentes de la Policía Local, que sobre las 05.00 horas encontraron el cadáver de la víctima en uno de los contenedores. Según ha podido confirmar este periódico, estaba semidesnudo y envuelto en lo que parecía ser “una manta o una cortina”, señalan vecinos que vieron el cuerpo sin vida de R.V.V, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal. Aunque la autopsia deberá determinar ahora la causa de la muerte y si hubo ensañamiento, la mujer presentaba un fuerte golpe en la cabeza que era visible en una parte del rostro.

Tras hablar con varios vecinos que aportaron la descripción de estos dos individuos, los agentes del 092 emprendieron su búsqueda localizándolos al poco tiempo en la avenida Tomás García Figueras, donde procedieron a su identificación y detención con los compañeros de la Policía Nacional. Por su parte, los efectivos de la Policía Científica se encargaron de tomar huellas en el contenedor de basura y en la casa en la que presuntamente la fallecida y los otros dos sujetos habían pasado todo el día. 

Además de las fuerzas de seguridad, también se personaron una ambulancia, el forense y el juez de guardia que autorizó el levantamiento del cadáver. “Yo me puse hasta malo cuando la vi. Seguro que la mataron horas antes. Qué pena más grande”, señalaba otro vecino que también atendió a la Policía. 

La Policía Nacional se encargará ahora de la investigación para esclarecer las causas de este terrible suceso, cuyas diligencias están declaradas secretas. Ayer al mediodía los funcionarios conducían al principal sospechoso y vecino de la zona a su vivienda para hacer la reconstrucción de los hechos con el juez de guardia. Además de las fuerzas de seguridad, también acudieron una ambulancia, el forense y el juez de guardia que autorizó el levantamiento del cadáver. “Yo me puse hasta malo cuando la vi. Seguro que la mataron horas antes. Qué pena más grande”, señalaba otro vecino que también atendió a la Policía.

Los dos individuos permanecen en los calabozos de la Comisaría de Jerez. Se trata de dos viejos conocidos por los agentes. El primero y principal sospechoso es J.C, vecino de las Casitas Bajas, y con un amplio historial de antecedentes por robo, hurto y consumo de drogas que lo han tenido entrando y saliendo de prisión. “Ahora le va a caer una buena, ya de allí no sale”, indicaban otros residentes. Una de sus últimas detenciones -tiene al menos treinta en su currículum- fue durante el confinamiento, cuando robó en un supermercado de la Plaza de Las Marinas y empujó al vigilante de seguridad”. El segundo de los detenidos no es de la zona, pero frecuentaba también el barrio y era uno de los individuos que entraba y salía en la vivienda de J. C, en la que se vio entrar con vida por última vez a la víctima.

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