Más de un mes lleva ya Inés preparando pestiños entre la cocina de su casa y la del comedor social Nos Importas Jerez para recaudar dinero para que Hugo vuelva a pasar por el quirófano de la clínica privada de Madrid lo antes posible ante la aparición de nuevos tumores en la rótula izquierda, la misma de la que fue operado con éxito hace tres años por estas fechas. Su hijo tiene ya ocho años, ha pegado un estirón y la enfermedad de Trevor, catalogada como patología ‘rara’, que se caracteriza por el crecimiento asimétrico del cartílago y que se cruzó en su vida cuando tenía tres años, está volviendo a hacer de las suyas.
“Estamos terminando las 50 bandejas que nos ha encargado para un evento William & Humbert; son 27 kilos de pestiños, y también otros 50 para el maratón de fútbol Diego Osorio”, explica bastante atareada esta ‘madre coraje’ a Viva Jerez. Si ya de por sí estos dulces típicos con miel saben a gloria, si se elaboran para curar a Hugo y con tanto cariño como el que le pone el equipo de voluntarios que capitanea el equipo de Loren Hinojosa en su comedor social y la familia de Inés, resulta casi obligado ir a estas dependencias de la calle Juana Jugan 15 o llamar al número de teléfono 608 283 018 para hacerse con una bandeja de 250 gramos por tres euros o con la de medio kilo a seis. Hay opciones.
Tal y como relata Inés, los problemas volvieron hace un mes, a los pocos días de regresar a Jerez de una revisión en Madrid tras la última operación a la que se sometió Hugo en el tobillo el pasado mes de mayo. “Se le inflamó la rodilla y se le quedó rígida. Habíamos venido el lunes de Madrid y el miércoles ingresó en el Hospital de Jerez, donde las pruebas confirmaron la aparición de los tumores, pero aquí en la Seguridad Social ni lo quieren operar ni ven necesario que haga rehabilitación pese a que el especialista que me lo opera en Madrid me lo manda”, explica, desesperada, y a la vez indignada. Pese a todo, está animada cocinando pestiños para intentar recaudar el máximo posible de dinero. La última operación de mayo fue de urgencia y la pudo costear gracias a la ayuda de la cooperativa Cabeza de Familia de Nueva Jarilla, que pagó 3.500 euros. Esa vez no dio tiempo a recurrir a la solidaridad de jerezanos y no jerezanos como en 2015, pero ahora toca combatir de nuevo esta enfermedad.