Cuando tan solo han pasado unos días del Congreso del Partido Andalucista en el que decidimos poner punto y final a la vida política y electoral del mismo, quisiera hacer una reflexión sobre el futuro del andalucismo, que por supuesto perdura y sobrevive al instrumento político que durante 50 años, diez en la clandestinidad y cuarenta como partido legalizado, le ha intentado servir en las instituciones.
No les ha faltado tiempo a otras fuerzas políticas para intentar arrimar el ascua a su sardina, entendiendo que el andalucismo está en sus organizaciones, resulta curioso por lo alejadas que están ambas ideológicamente. Podemos y el Partido Popular, pero sus lideres andaluces no lo han dudado, mientras para Teresa Rodríguez el espíritu inicial del PSA está ahora de morado, para Juanma Moreno el “andalucismo constitucional” es azul. El andalucismo nunca estará en fuerzas políticas que tienen sede central, su centro de poder, fuera de Andalucía, porque la capacidad del pueblo andaluz de dirigirse, de tener poder propio para ser dueños de su destino es la esencia del andalucismo, y desde luego nadie que desprecie la condición de Nacionalidad Histórica de Andalucía puede considerarse andalucista.
Los otros, los que desde los 80 ocupan la presidencia de Andalucía, y desde entonces andan envueltos en la verdiblanca y que son los culpables de anestesiar las ansias de este pueblo por tener poder propio en el conjunto del Estado, tampoco pueden presumir de andalucistas. El uso de los símbolos está totalmente calculado, hace tan solo unos años conmemoraban el centenario del nacimiento de Blas Infante y este 11 de agosto han sido los únicos que no han acudido al km 4 de la antigua carretera de Sevilla a Carmona, donde le fusilaron. Usan nuestros símbolos para envolverse en ellos, una vez manoseados son abandonados.
Ni símbolos, ni Poder Andaluz, diputados de unos y otros en el Congreso cuyos nombres pasan totalmente desapercibidos para los andaluces, su incapacidad de defender los intereses de sus circunscripciones por encima de los intereses de sus partidos, de abandonar las estrategias de sus lideres estatales para poner los problemas de los andaluces encima de la mesa, o más bien en el hemiciclo o negro sobre blanco en los Presupuestos Generales del Estado. No cumplieron el Estatuto de los 80 en el pago de la deuda histórica, y no cumplen el nuevo Estatuto en las inversiones que el Estado debe ejecutar en nuestra tierra.
El Andalucismo perdurará y sobrevivirá al PA, no le quepa duda a nadie. Poner en valor nuestra cultura, nuestra identidad como pueblo, que a diferencia de otros tiene su riqueza en el mestizaje. El Andalucismo político abrirá de nuevo un camino, aunque sea difícil, y lo hará recuperando las calles, los pueblos y ciudades, desde abajo, haciendo pedagogía, tocar la conciencia de los andaluces con el objetivo de ocupar las instituciones para transformar de verdad Andalucía.
Precisamente ahora, que se habla de reforma de la Constitución o de un nuevo marco de financiación para las CCAA, del proceso por la independencia de Cataluña, que no sabemos como acabará, pero que con toda seguridad hará que los catalanes mejoren su situación de poder en el Estado y en Europa, precisamente ahora Andalucía no puede dejar su futuro, el de sus hijos, en manos de quienes no creen en ella.
*Antonio Jesús Ruiz. Secretario General Partido Andalucista 2012-2015
