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Una de cal, y 'varias' de arena en la vuelta al instituto

Cerca de 18.000 alumnos de ESO, Bachillerato y FP regresan a las aulas en una jornada complicada para IES Fernando Quiñones

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Cerca de 18.000 alumnos de ESO, Bachillerato y FP se incorporaron este martes a las clases en una jornada de poca actividad en la que la mayoría de los centros dedicó la mañana a las presentaciones pero que en puntos como La Granja, en concreto a las puertas del IES Fernando Quiñones y en la zona rural estuvo de lo más movida, nada que ver con la tónica de tranquilidad que caracterizó la semana pasada a la vuelta al cole. La mañana empezaba con buenas expectativas en el IES Sofía, en el Polígono San Benito. Era la noticia más amable del día. Después de una década reivindicando la concesión de Bachillerato, la comunidad educativa por fin puede impartir este ciclo en el instituto, lo que evitará a los alumnos de Secundaria desplazarse a otros centros para continuar con sus estudios.


La semana pasada fue una de las novedades de la presentación del curso académico 2015/2016 y ayer el propio delegado territorial de Educación de la Junta en Cádiz, Juan Luis Belizón, acompañado de su predecesora  y ahora directora general de Participación y Equidad de la Junta, Cristina  Saucedo, y la alcaldesa, Mamen Sánchez, se trasladaban al propio instituto para celebrar la llegada de Bachillerato e inaugurar así el curso en Secundaria. Faltaba  menos de una hora para que padres y alumnos de 1º de Bachillerato del IES Fernando Quiñones se manifestaran delante del centro por la falta de espacio al quedarse sin obras de ampliación y sin prefabricadas, porque de los dos módulos que se iban a instalar, finalmente solo llegó uno días antes de la ‘vuelta al insti’. Esta situación ha obligado al centro a dar una solución provisional y dividir las cuatro clases en dos turnos: de 8.00 a 12.00 horas y otros dos de 12.00 a 15.00 horas, cuyos horarios rotarán a la semana siguiente. Unas circunstancias que ha indignado a la AMPA, que se enteró 24 horas antes de una incidencia que se prolongará como mínimo 15 días más. “Esto es injusto; hay criaturas que quieren seguir estudiando, y que ahora se encuentran con esto, tanto hablar de la generación nini”.


El problema además tiene un añadido extra, ya que además de perder horas de clase durante varias semanas, los alumnos de la zona rural, en este caso unos 44, que vienen en autobuses y madrugan al menos una hora cada día, se encuentran con el inconveniente de que este servicio de transporte solo está operativo de ocho de la mañana a tres de la tarde. “Van a tener que estar tres horas en la calle, nadie se preocupa por habilitarles un espacio en el centro cívico o en otro sitio porque en el cole el único espacio libre que queda es el porche y la sala de profesores. Es injusto que paguen el pato de tanta desorganización”, se quejaba la presidenta del AMPA, Fátima Martínez. Para los padres, esto es lo último que les quedaba por ver después de casi cuatro esperando las obras de ampliación.  “Primero nos dijeron que para enero, después en verano para no entorpecer la actividad y al final la cosa se quedó en la instalación de dos módulos prefabricados (caracolas) que tampoco han llegado”, criticaba la representante de los padres.


No se sabe si se refería a este, pero media hora antes Belizón resaltaba la normalidad en el inicio de las clases, y hablaba de uno de los “flecos pendientes” en el balance de cómo iba transcurriendo la mañana. En líneas generales se mostraba “satisfecho” con el inicio del curso. “La propia Consejería ha hecho los deberes. Solventaremos los flecos que nos encontremos y yo daré la cara con todos los problemas puntuales”, manifestó.  Y así lo hizo. También hay que decirlo. Tras terminar el acto en el IES Sofía se desplazó al Fernando Quiñones para informarle a los padres in situ de la última hora de este conflicto. Allí les confirmó que hoy miércoles comenzarán las obras para instalar el otro módulo pendiente de prefabricadas que espera que no se prolonguen más de 15 días.


En cuanto a la demora del proyecto de ampliación, el recién llegado titular de Educación en la Junta  supeditó su ejecución a llegada de nuevas partidas presupuestarias, aclarando por qué no entró finalmente en el Plan OLA (Plan de Oportunidades Laborales) con el que se han realizado las últimas actuaciones similares en colegios e institutos de Jerez en los últimos cursos. “El problema es que el Plan OLA, que viene con fondos europeos, termina el 30 de septiembre, que es cuando empieza el nuevo ejercicio y para este ejercicio no había autorización de gastos. Estamos esperando al siguiente  para ver si podemos introducir la nueva construcción”, explicó. Estas fueron las cuestiones que les trasladó a los padres y a los alumnos a las puertas del centro. ¿Les convenció? En principio, le van a dar una oportunidad, y esperarán a que cumpla el plazo de 15 días en el que supuestamente debe de estar operativa la segunda aula prefabricada. Siguen pensando que esto no es más que “un parcheo” y que “la historia es la misma”, por eso estarán vigilantes y, aunque los alumnos entrarán en clase (hasta ayer al mediodía decían que no),  si en las próximas dos semanas siguen a turnos partidos y rotando, retomarán las protestas.
Tampoco piensan bajar la guardia con el proyecto de ampliación. Están hartos. Han tenido que sacrificar la biblioteca, la sala de música, y todos los espacios comunes a excepción de una pequeña sala del profesorado donde los docentes están “hacinados”; algunos dicen que ni siquiera han podido hacer sus prácticas al haberse habilitado esa estancia como una clase más. Tienen claro que a este ritmo no podrán aguantar mucho tiempo. Así también lo piensan en el seno de los grupos municipales del PP y de IU, que llevarán el caso al Parlamento andaluz para pedir una solución. Hasta el Fernando Quiñones se trasladó tanto la anterior delegada municipal de Educación y ahora concejal Lidia Menacho, como el portavoz y concejal de IU, Raúl Ruiz-Berdejo.


Otro clásico en días como el de ayer es que el transporte escolar falle, con el agravante de que en la zona rural la cosa se complica más aún. Ayer la perjudicada fue una alumna de Rajamancera  de Secundaria a la que, como se preveía -de ahí las pancartas- le impidieron a las 8,20 horas en la misma  parada que se subiera al autobús con destino a La Ina rumbo a un centro SEMI-D. Junto a la chica, esperaban otros alumnos de Secundaria y Primaria, pero, ¿por qué ella?Según denunciaron desde la Delegación de Alcaldía de La Ina, la Junta le autoriza a usar el transporte escolar pero para la ruta que va al IES Quiñones, que es el que le corresponde, obviando que esto le suponga tener que desplazarse  30  kilómetros más.  

 

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