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El Foro Tripartito, un modelo para resolver las disputas

Se refiere al proceso como la vía de mejora notable de la relación entre las tres partes

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  • El académico británico Peter Gold analiza los beneficios y cambios del Foro de Diálogo
El modelo del Foro Tripartito de Gibraltar, con todas las partes involucradas teniendo voz propia y agenda abierta para discusión, ofrece el mecanismo para controlar, si no resolver, cualquier disputa. Esta es una de las conclusiones alcanzadas por el profesor Peter Gold, de la Universidad de West England, en un reciente artículo académico sobre el problema de Gibraltar.

Publicaba ayer el diario local Gibraltar Chronicle las palabras del profesor Gold, señalando que esta fórmula permite relaciones bilaterales de cara a mejorar y reducir, incluso aunque no se elimine, el uso de tácticas agravantes para resaltar las quejas de la parte que no esté de acuerdo con el estatus quo.


Gold concluye asimismo declarando que “una cosa es evidente: el Foro de Diálogo no es claramente la respuesta al problema de Gibraltar y sólo el paso del tiempo revelará si éste marca el primer paso hacia la respuesta”.

Su artículo, publicado en Mediterranean Politics, mira hacia disputas como la del Sahara Occidental y Ceuta-Melilla, como posibles áreas que pueden servir de ejemplo. Gold argumenta que si no existe posibilidad de que la reclamación de soberanía sea abandonada, “la estructura del Foro permite al menos dejar el asunto a un lado y ofrecer oportunidades para colaborar el temas de beneficio propio, como el crecimiento económico transfronterizo y la protección medioambiental”. Asimismo, añade el profesor, “allana el camino para estrechar lazos que con el tiempo podrían reducir la hostilidad o resentimiento causado por antiguas acciones y actitudes”.

“Lo que queda claro del ejemplo del Peñón es que en cualquier negociación sobre asuntos prácticos, la involucración de representantes de los residentes locales es una condición sine qua non y una ayuda si algunas de las decisiones alcanzadas no necesitan ser aprobadas por los gobiernos centrales”, matiza el profesor Gold, sugiriendo que este tipo de comportamiento mantiene por un lado el apoyo popular hacia el proceso y por otro la negociación responsable por parte de los participantes.

Cambios de actitud
En última instancia “la confianza mutua y responsabilidad creadas y los beneficios que se están produciendo, podrían resultar en un cambio de actitud por parte de los habitantes del territorio en controversia hacia el tema fundamental de la soberanía y como contrapartida esto podría causar que el poder soberanista considerara alternativos escenarios futuros”.

Sin embargo añade que un cambio de estas características puede tardar mucho tiempo, o puede no ocurrir nunca, si la parte que persigue un cambio de soberanía estima imposible dejar el asunto a un lado, debido a la presión de los partidos en oposición o a las actitudes culturales condicionantes que se han producido durante siglos. 

“No existe ninguna duda”, añade Gold, “que el Foro Tripartito ha servido para mejorar de forma sustancial las relaciones tanto con Madrid como con el Campo de Gibraltar, incluso aunque como las elecciones de octubre de 2007 indicaron, sólo la mitad de la población del Peñón fue persuadida de que el foro representa más una oportunidad que una amenaza”.

Prosigue el profesor señalando que “la combinación del Foro y la nueva Constitución no colonial, significa que las relaciones de Gibraltar con Londres se han mejorado también desde la bajada de 2002 y las negociaciones de soberanía compartida”. Para Gold es de igual importancia que Gran Bretaña y España puedan mantener una relación de cooperación que no está definida por la resolución del asunto de la soberanía del Peñón.

Matiza el profesor sin embargo que “aunque los acuerdos del Foro han traído un grado de normalidad a la forma en que Gibraltar y España se relacionan el uno con el otro sobre temas operativos específicos, no hay señales de que a nivel estratégico la postura de España sea diferente hoy a la que mantenía hace 50 años”. Se refiere Gold al proceso de Bruselas y a la posición española de que sigue plenamente vivo.

Concluye su artículo matizando que ninguna de las tres partes del proceso ha modificado sus posturas o puntos de vistas con respecto a las otras dos y recuerda que la población gibraltareña dejó claro en sus pasadas elecciones, hace año y medio, que estaban divididos sobre si el Foro era positivo para ellos o no.

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