Sin embargo, los sanroqueños supieron contrarrestar esa ventaja con un gol de bella factura a balón parado en el minuto 22 de partido, a cargo del gibraltareño Liam.
Los sanroqueños a partir de ese momento supieron controlar las dudas de los primeros compases del encuentro y hacerse así con el control del partido.
La primera parte se resume en pelotas largas tanto del equipo local como del equipo visitante con un gran número de robos de balón, excepto algunas pinceladas de calidad técnica.
En el comienzo de la segunda mitad no variaban mucho las cosas con oportunidades del equipo local y muchas pelotas divididas hasta el último tramo del partido que fue cuando el San Roque decidió ir a por el partido. En el minuto 79 Nico Bezares aprovechó un balón en el area rival para mandarlo al fondo de la porteria, ante el delirio de la afición.
El colegiado del encuentro se vio obligado a echar manos de las tarjetas, hasta en siete ocasiones, debido al juego duro y a las continúas protestas de los jugadores.
Y el tercer y último gol de la mañana llegaría a cinco minutos del final, cuando May recoge un balón dentro del area grande y lo cruza al palo largo del portero.
Este último gol fue muy protestado por la plantilla del Atlético Antoniano ya que defendieron que el delantero sanroqueño podría haber rematado en fuera de juego.
El final del encuentro se produjo en el minuto 93 con el estallido de alegría de los seguidores del San Roque tras haber logrado una victoria más que merecida.
La polémica del encuentro tuvo lugar en dos acciones dentro del area, una posible mano del jugador local en la primera parte y una entrada del jugador visitante cuando el delantero se disponia a chutar a gol en la segunda mitad, un penalti por cada equipo que podría aver variado el resultado.
Tangana en el vestuario
Al concluir el encuentro hubo una pequeña trifulca dentro de los vestuarios. Un jugador sevillano, ofuscado por el resultado, la emprendió a golpes con el mobiliario, e incluso llegó a dar una patada a la puerta del vestuario.
El delegado del equipo sanroqueño le recriminó esa actitud al jugador visitante y la situación empeoró aún más al formarse una pequeña tangana entre componentes de uno y otro club; aunque finalmente la trifulca no fue a mayores afortunadamente.
