Palma, como buen político, ha vendido todas las virtudes del proyecto y sobre todo la posibilidad de dotar de riqueza y empleo a la zona y al municipio. Lo que no ha tenido en cuenta Palma son los posibles detractores de este proyecto y en principio es lógico que los colectivos ecologistas alcen su voz contra esta construcción. El paralelismo visual con el famoso caso de El Algarrobico en Almería es notorio.
Está claro que en los próximos días y meses el debate sobre la conveniencia de la construcción de este hotel estará en la sociedad sanroqueña y campogibraltareña. Por un lado, estarán los que crean que es una gran oportunidad de riqueza; y por otro, los conservacionistas de la naturaleza más pura.