Se trata de un foro de referencia mundial para profundizar en el conocimiento de la migración de aves como claro indicador del clima, en el que participan más de doscientos científicos de todo el mundo. Durante la cita se expondrán los resultados obtenidos con dispositivos de última tecnología como los emisores satélites o GPS que se implantan en las aves para seguir sus movimientos. Las conclusiones del congreso serán debatidas y, en su caso, aprobadas por el Grupo de Expertos en Biodiversidad y Cambio Climático del Consejo de Europa, del que forman parte 54 países, en la reunión que celebrarán el próximo mes de junio en Reykjavík.
Entre las medidas a llevar a cabo para frenar las consecuencias del cambio climático en la migración de aves, el presidente de Migres, Miguel Ferrer, destacó ayer la necesidad de aplicar políticas de biodiversidad adaptativas, que complementen la acción de los parques naturales, y en las que se aumente la participación privada, siguiendo el ejemplo de otros modelos de actuación como los acuerdos de custodia, con 450.000 hectáreas funcionando en España.
El congreso supondrá la puesta en común de experiencias e investigaciones, y a su finalización la Asociación de Grandes Industrias (AGI), otorgará un premio al estudio más aportador. Miguel Ferrer resaltó la importancia del Estrecho de Gibraltar como lugar “único” en el mundo, paso obligado para más de 30 millones de aves de 380 especies diferentes que migran hacia África cada otoño.
Cambio climático
El congreso prestará una especial atención a las consecuencias del cambio climático en las migraciones de aves. Cada vez se tienen más evidencias de cómo este fenómeno ha producido alteraciones en los patrones de distribución, alterando los ciclos de floración, la reproducción y la migración de un gran número de organismos.
Según destacó Miguel Ferrer, el cambio global está provocando que las aves de migración larga se conviertan en aves de migración media. Sus desplazamientos ya no implican tanta distancia y no exigen escalas en dispares lugares del mundo ni, por lo tanto, adaptación a los nuevos hábitats, lo que, a largo plazo, siempre ha constituido uno de los principales factores de creación de nuevas especies.