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La Diócesis aguarda ya los primeros cambios de calado de monseñor Rico Pavés

El obispo ya anunció meses atrás que el final de curso era el momento más propicio para la toma de decisiones tras un año de conocimiento de la Iglesia local

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  • Monseñor Rico Pavés, tras su toma de posesión como obispo de Jerez. -

Este pasado jueves se cumplió el primer aniversario del anuncio del nombramiento de José Rico Pavés como nuevo obispo de Asidonia-Jerez, cargo que asumió el sábado 31 de julio.

Doce meses después de que se conociera la identidad del sucesor de José Mazuelos, la Iglesia diocesana aguarda las primeras decisiones de calado de su pastor, que presumiblemente llegarán en estas próximas semanas coincidiendo con el final del curso.

El propio Rico Pavés ya avanzó meses atrás que esta era la época del año más propicia para promover relevos en las parroquias y delegaciones, con idea de que en septiembre todo el mundo esté ya asentado en sus nuevas responsabilidades.

Monseñor Rico Pavés ha consumido buena parte de los últimos doce meses en conocer de primera mano la realidad de la Diócesis, habiéndose desplazado a un gran número de parroquias y a la práctica totalidad de las comunidades religiosas.

Quienes han tenido ocasión de compartir algunos de esos momentos destacan su capacidad de observación y análisis, definiéndole además como “un gran escuchador”.

No en vano, recién nombrado obispo de Jerez ya se mostró consciente de que la labor de pastoreo que le había sido encomendada no se podía desempeñar “en soledad”, de ahí que haya dedicado buena parte de este tiempo precisamente a conocer el día a día de la Diócesis.

A la espera de que se confirme el calado de esos cambios -se habla incluso de la creación de nuevas delegaciones-, lo que sí parece claro es que Rico Pavés ha sido muy bien acogido, del que se destaca su “cercanía” y su “sencillez”, pero también su “sabiduría”.

Esos son algunos de los rasgos que destaca Ángel Heredia, que es uno de sus alumnos en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense (Iscra) y que ha sido hermano mayor de la Hermandad de la Clemencia y miembro del Consejo local de la Unión de Hermandades.

 “Tiene una mente privilegiada. Puede estar tres horas hablando en clase sin coger un papel. Es una de las cabezas que más saben de catequesis y de patrística de la Iglesia española”, añade.

Juan Antonio Vidal ha tenido ocasión de compartir con él algunas celebraciones, subrayando su gusto por la liturgia, de ahí que sus eucaristías resulten “impolutas” desde este punto de vista.

No en vano, el propio Rico Pavés destacó a su llegada a Jerez la necesidad de esmerarse en este tipo de cuestiones para que las celebraciones resultasen más atractivas para los propios participantes.  

El prelado ha dado mucha importancia a la religiosidad popular, que considera un dique de contención contra la creciente secularización de la sociedad, algo que vivió en su etapa como obispo auxiliar de Getafe.

En este sentido se siente “abrumado” porque ha podido comprobar que Jerez “sigue respirando los tiempos litúrgicos de la Iglesia”, una sensación que no tuvo en su destino anterior.

“Cuando ha llegado aquí y ha visto este tesoro que es la religiosidad popular, con nuestros defectos y nuestras miserias, se ha debido dar cuenta de que hay mimbres para trabajar”, resume Heredia.

Los próximos cambios podrían afectar también a la Delegación de Hermandades y Cofradías, un órgano que pretende “fortalecer” con una mayor presencia de canonistas que sepan responder con eficacia a las cuestiones que vayan surgiendo, especialmente las relacionadas con los procesos electorales, unos asuntos sensibles que generan problemas que a menudo se enquistan.  

Uno de los pocos asuntos que se ha cuestionado de este primer curso en la Diócesis ha sido la permisividad a la hora de respaldar procesiones extraordinarias de todo tipo, algo que monseñor Rico Pavés relacionó con el largo periodo de ausencia de imágenes en la calle debido a la crisis sanitaria.

Vidal no cree que esta dinámica se vaya a mantener en lo sucesivo, aunque sí tiene la “percepción” de que el obispo dará su visto bueno a todo aquello “que crea provechoso”.

Y en este contexto cabe preguntarse qué ocurrirá finalmente con la posibilidad de que haya procesiones en la jornada del Sábado Santo, tradicionalmente huérfana de este tipo de manifestaciones.

“El día de la procesión magna (2000) vimos más gente en la vigilia pascual. Creo que ambas cuestiones se pueden complementar. Le veo por la labor, hasta el punto de que si no hay procesiones el Sábado Santo, no creo que va a ser por él”, añade Juan Antonio Vidal, que augura finalmente que el episcopado de José Rico Pavés en Asidonia- Jerez será “corto” porque “probablemente en cuatro, cinco o seis años tenga un destino más alto”. 

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